El teatro en Madrid
A punto de que comience una nueva temporada teatral, quisiera invitar a la reflexión a todas las personas e instituciones que, como yo (soy actor y director), son responsables del teatro que se hace en Madrid.Salvo sorpresas que nadie espera, la cartelera teatral de esta ciudad va a ser durante la próxima temporada tan pobre o más que la de los últimos años. Los teatros oficiales mantendrán -¡qué menos!- una oferta digna en cuanto a títulos y mucho más discutible (aunque casi nadie discute nada) en cuanto a resultados, con lo que seguiremos en la mayoría de los casos sin encontrar justificación para los desproporcionados presupuestos de sus montajes. El resto de los teatros de Madrid, con excepciones que se contarán con los dedos de una mano, va a dar malas obras y mal hechas. Con el único criterio de la más fácil y rápida rentabilidad, las salas se dedicarán, un año más, a programar aburridas reposiciones de obras viejas sobre todo cómicas, obritas nuevas serias de mensaje oportunista casi siempre reaccionario, o vodeviles ínfimos nacionales o extranjeros disfrazados o no de alta comedia y montados de cualquier manera para lucimiento de cualquiera.
Desde hace años, autores capitales del teatro universal como Chéjov, Ibsen, Strindberg o Pirandello -por citar sólo unos pocos y dejando aparte otro teatro más comprometido que ahora parece impensable- suben con cuentagotas o nunca a los escenarios de la capital, como si no se llevaran ya. Estamos perdiendo el tiempo, creando espectadores pintados y necios, y a nadie parece importarle el alto precio que vamos a pagar por ello, porque los primeros que de verdad no exigimos mejor teatro somos los que nos dedicamos a él. La responsabilidad es de todos.
Si desde nuestras respectivas parcelas no nos empeñamos en recuperar para los escenarios de Madrid lo que hace del teatro un fenómeno vivo (calidad y belleza, pero también riesgo, pasión y compromiso), acabaremos con
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virtiendo el teatro de esta ciudad (lo es ya) en un producto de con sumo (más o menos lujoso, más o menos cutre) perfectamente prescindible.- Pedro Miguel Martínez.
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