Italia y España juegan por el frustrante noveno puesto
La pesadilla de la selección española acabará hoy a las 18.00 horas cuando se enfrente a Italia, en la disputa por un frustrante para ambos noveno puesto. Los dos equipos no han tenido ningún problema en sus encuentros de la fase de desesperación, al despacharlos por diferencias ostensibles. Han sido los únicos que han superado a duras penas, y haciendo de tripas corazón, la enorme decepción de encontrarse a 1.800 kilómetros de distancia del auténtico Mundial. Villacampa, el mejor jugador español en esta cita mundialista, es duda al sufrir una lesión en su hombro que precisó una exploración posterior al partido frente a los canadienses.Será un enfrentamiento entre las dos grandes decepciones del mundial. España e Italia cuentan con dos de las Ligas más potentes de la FIBA, tienen americanos de lujo y los millones que corren por sus respectivos países no se han correspondido con su actuación, aunque por lo menos los italianos tienen el consuelo relativo de saber que su caída se debió a un error ajeno. Después de hacer lo que tenían que hacer, esto es, ganar a Australia, la sorprendente derrota de los brasileños frente a los canguros por un solo punto, produjo un triple empate en la cabeza del grupo que dio a los hombres de Sandro Gamba con sus huesos en Salta. A España no le queda ni eso. Fallaron en el momento clave y su penitencia ha sido merecida.
En juego estará poco más que el prestigio, pues los objetivos apuntados a priori quedaron lejos hace ya una semana. Irreconocibles por la cantidad de bajas, antiguas y recientes, poco queda ya de aquellos intensos duelos que han protagonizado hasta hace bien poco ambos equipos.
España, independientemente de la valia de sus contrarios, ha ido a más según avanzaba esta lacerante ronda. Las lesiones han propiciado una continuidad en jugadores como Montero, que a la larga ha sido beneficiosa tanto individual como colectivamente. Herreros y Bosch se han perfilado como hombres de futuro, y Andreu, Zapata y Jiménez, éste sin alcanzar pasadas actuaciones, se han fajado en las zonas calientes.
Sandro Gamba probablemente dejará el equipo al término de este Mundial. Diaz Miguel está dispuesto a seguir hasta su final, que está cifrado en los Juegos Olímpicos de Barcelona, haciendo oidos sordos a sus más íntimos amigos y colaboradores. El incombustible entrenador español no quiere abandonar una nave que se está cayendo a trozos, con él en el centro del huracán.
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