Flojo verano para los 'revientapisos'
Este verano los revientapisos están más vagos que otros años. O bien los ciudadanos les han puesto más difícil su trabajo. Lo cierto es que los ladrones desvalijaron durante el pasado mes de julio un total de 754 domicilios de Madrid, mientras que durante la misma época del año pasado fueron 824. Eso supone más o menos una disminución del 8%, seciales.Los habitantes del distrito de Chamartín están siendo en esta ocasión los más castigados por aquellos a los que eufemísticamente se denomina amigos de lo ajeno, que han asaltado 132 pisos de esta zona en el mes de Julio.
Por el contrario, los ciudadanos del distrito de Fuencarral y los del pueblo de Pozuelo de Alarcón son los que aparentemente menos avaricia despiertan en los chorizos. Éstos solamente han limpiado 40 casas del primer barrio y 30 del citado municipio. Y nadie ha sabido explicar si tal desdén mostrado por los cacos se debe a que las moradas de estos pacíficos vecinos no tienen para ellos el atractivo deseado o si tal cosa obedece simplemente a que Fuencarral y Pozuelo no están precisamente a tiro de piedra.
Los madrileños han escarmentado en carne ajena y cada día son más los que han convertido su casa en un auténtico fortín: puertas blindadas, rejas en las ventanas, alarmas electrónicas, etcétera, etcétera. Y, claro, la labor de los maleantes resulta cada vez más enojosa y les obliga a realizar una mayor inversión en artilugios técnicos. Para colmo de males, la Delegación del Gobierno en Madrid ha puesto en marcha una operación contra los revientapisos y éstos corren el riesgo de ser capturados cuando salen por el portal cargados con el televisor, el vídeo y las cámaras fotográficas. De modo que los cacos tienen ahora el riesgo de caer en manos de la policía después de haber sudado la gota gorda para echar abajo la puerta y entrar en una vivienda.
Precaución y recochineo
El Ministerio del Interior se ha gastado una pasta en dar consejos. "Señora, no cuente en el mercado cuándo se va de vacaciones ni cuándo vuelve, porque quizás eso es escuchado por algún desaprensivo que aprovecha la ocasión para desvalijarle la casa". O aquella recomendación de "no deje que su buzón se llene de cartas y propaganda, porque eso es un signo inequívoco de que usted está ausente. Pida a algún vecino que se haga cargo de su correspondencia". Y también aquello otro de "no deje las persianas totalmente bajadas".Total, que si los revientapisos estuvieran sindicados exigirían que el ministro Corcuera respetara sus derechos laborales y no les fastidiase dando tanto consejo a la ciudadanía.
Por si todo lo relatado fuera poco, encima hay gente que no tiene la menor consideración. Tal es el raso de aquel honrado padre de familia que, acordándose del viejo lema de "hombre precavido vale por dos", decidió llevarse a su casa de la sierra todo cuanto de valor tenía en la capital. Cuando los delincuentes irrumpieron en el piso se encontraron con el siguiente cartel: "Señores cacos, no se molesten en buscar. Me lo he llevado todo a la segunda residencia". Encima, recochineo.
Tampoco tiene desperdicio el escarmiento que otro inquilino propinó a los asaltantes de su piso: temiendo que llegara a suceder tal cosa, dejó colocado un cubo de agua sobre la puerta del salón, de tal modo que los chorizos recibieron un buen remojón cuando se disponían a registrar los muebles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.