Carmen y Heinrich Thyssen

"Soy positiva y veo las cosas color de rosa siempre". Carmen Cervera, escoltada por su esposo, Heinrich Thyssen, concluyó así una divertida comparecencia ante los reporteros, ayer por la mañana, en Palma de Mallorca, isla a la que llegaron el sábado. Un colectivo de 40 informadores había superado una carrera de obstáculos absurdos de los vigilantes privados del Club de Mar, que, cumpliendo órdenes del capitán del puerto privado, instalado en terrenos ganados al mar, impidió repetidamente que los barones Thyssen recibieran a sus invitados a bordo de su nuevo yate Adrix. Este impresionante velero, de nombre Yessica cuando era propiedad del empresario argentino Perdomo, será su casa flotante durante los próximos 15 días en Baleares.Los Thyssen, que ya han consumido parte de sus vacaciones en Lugano (Suiza) y en su casa de la Costa Brava, están restaurando en Palma un caserón de 1800, en la zona alta del Terreno, para la que Carmen Cervera se está documentando en libros de época para respetar su tipología y decoración tradicionales.

De momento, el Adrix surcará cada día con su espectacular velamen las costas del archipiélago balear. "Hemos dormido estupendamente bien. Ha sido la primera noche. Es un barco muy romántico; es precioso", dijo Carmen de su nueva casa sobre el mar. En las bodegas del barco aguardan viandas y caldos, en gran cantidad, para satisfacer los compromisos sociales que les esperan. Cabrera, Ibiza, Menorca, son los destinos que figuran en el cuaderno de bitácora.