Fernando Suárez insiste en sus críticas a la dirección del PP
El eurodiputado del Partido Popular (PP) Fernando Suárez reiteró ayer sus críticas a la dirección el PP por no haber permitido debatir en los órganos de decisión las últimas posturas asumidas por el partido, de las que citó la integración como observador en el Partido Popular Europeo y la elección del candidato a la alcaldía de Madrid.
Fernando Suárez afirmó que son necesarios otros mecanismos para la toma de decisiones y que, por tanto, comparte la postura de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, expresada en la ultima ejecutiva del Partido Popular, en la que éste apoyó la formación de una dirección colegiada que se corresponsabilizara del funcionamiento del partido.
Para el parlamentario europeo, la dirección colegiada "no significa asamblearismo ni sumisión del presidente a unos notables", sino a reflexionar conjuntamente y llegar a la conclusión más acertada en relación a la estrategia del partido.
Elegir a los dirigentes
El congreso de la entonces Alianza Popular en 1986 fue recordado por Fernando Suárez como el único momento en el que los militantes del partido han podido elegir a sus dirigentes mediante el sistema de listas abiertas. Suárez citó los nombres de algunas de las personas que recibieron entonces un mayor apoyo, entre ellas Gerardo Fernández Albor, Miguel Herrero, Antonio Hernández Mancha y él mismo, y se lamentó por la ausencia de éstos en la ejecutiva actual del Partido Popular. De los 30 elegidos entonces, sólo seis están en la actual direccion.La decisión de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón de estudiar su posible abandono de la política no será adoptada por Fernando Suárez, que "de ninguna manera" dejará el Partido Popular. No obstante, Fernando Suárez dijo comprender el estado de ánimo de Herrero de Miñón, por ser éste, en su opinión, el mejor parlamentario existente en las Cámaras y haber sido ocupado sólo en tareas "secundarias".
Suárez relató además el motivo por el que considera que dejó de ser diputado en el congreso: su oposición frontal a la ley de pensiones aprobada en 1985, que no gustó, dijo, a las "fuerzas externas al partido". Entre ellas citó al anterior presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, que envió una carta al partido, "que obra en mi poder", en la que se acusaba a los populares de estar colocándose a la izquierda del PSOE.
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