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TOUR 90

Las disculpas de Lemond

Luis Gómez

El pelotón tiene su vida privada, que escapa la mayor parte de las veces al conocimiento diario del público, interesado en primera instancia por los grandes asuntos de la carrera. Hay así un ingente arsenal de pequeños acontecimientos que tarda algún tiempo en cobrar publicidad. Y no todos ven la luz porque existe un acuerdo tácito en no desvelar todas cuantas pequeñas y grandes cosas suceden en ese terreno variable y acelerado donde conviven, conversan, comen y beben, mean y sufren cerca de doscientos corredores durante un promedio de cinco horas diarias. Conversaciones hay entre ciclistas que se interrumpen violentamente, pero son recuperadas al día siguiente. Tiempo hay, también, para resolver malentendidos, como en el caso de Lemond con Induráin hace un par de días.No deja de ser cierto que el corredor norteamericano, líder oficioso pero no oficial del Tour, creyó perder todas sus posibilidades en la segunda etapa pirenaica disputada el miércoles pasado. Un pinchazo rompió el pelotón en dos partes y Lemond se sintió agredido por todos los notables de la carrera. Quienes le vieron de cerca observaron en su rostro un gran nerviosismo, confirmado posteriormente por el propio afectado. "Se me nubló el cerebro, vi perdido el Tour", dijo el americano.

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Cuando logró anular la escapada, Lemond fue presa de los nervios y se acercó a algunos protagonistas del susto para insultarles violentamente, fuera en inglés o en francés. Insultos y amenazas recibió Chiappucci, pero también le tocó su turno a Induráin quien, por no conocer ningún idioma, entendió más la forma que el fondo de tales palabras. Con la violencia dialéctica de por medio quedaron suspendidas las relaciones entre el español y el norteamericano hasta el día siguiente.

Pero como quiera que el pelotón es una sociedad viva y vertebrada mientras dura la carrera, el corredor aprovechó los primeros kilómetros de la etapa siguiente para solicitar de su compañero Dominique Arnaud que mediara en el conflicto. Arnaud cruzó por entre despachos y departamentos varios hasta alcanzar la tranquila estancia de Lemond. "¿Qué te ha sucedido con Induráin?, ¿por qué le has insultado?", inquirió. Lemond, según todas las versiones, se deshizo entonces en disculpas y elogios: "Si hay dos corredores a quienes respeto son Delgado e Induráin. Dile a Miguel que lo siento mucho, que me puse muy nervioso, que reaccioné mal porque vi el Tour perdido, pero es que Chiappueci me saca de quicio; no entiendo su táctica, no me gusta". Arnaud transmitió las disculpas a su destinatario y la anécdota quedó en el olvido.

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