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Víctor Silva se confiesa autor del disparo que mató a su hermana en una chabola de Ciudad Lineal

Gabriela Cañas

En 24 horas cayó la desgracia sobre la familia Silva. Bernardo Silva, un joven de 23 años, fue detenido el 30 de junio acusado de cometer un homicidio la noche anterior, y allí mismo, en la comisaría, se enteró de la muerte de su hermana Isabel, de 15 años, abatida por un tiro en la cara en la chabola familiar de un poblado de Ciudad Lineal. Según los datos policiales facilitados ayer, fue Víctor Silva, un tercer hermano de 17 años, el que disparó fortuitamente contra ella cuando engrasaba una escopeta de cañones recortados. La policía insiste en que ambas muertes no tienen relación alguna.

Víctor Silva Bruno ha declarado ante los inspectores del Grupo V de la Brigada de Policía Judicial que en la noche del 30 de junio al 1 de julio estaba engrasando la escopeta cuando el arma se disparó. Isabel, que estaba sentada en una silla viendo la televisión, cayó fulminada al suelo. El suceso tuvo lugar en la calle del Jazmín, del barrio de Manoteras, en Ciudad Lineal, zona conocida como el Bronx de Hortaleza, hasta hace poco un importante centro de tráfico de drogas. "últimamente", informaron ayer en la Jefatura de Policía, "la zona estaba más tranquila. El mismo padre de los Silva tiene antecedentes, pero no tiene problemas con la droga desde hace meses".La primera versión de los hechos realizada por Víctor Silva era diametralmente distinta Víctor declaró entonces que estaba "tirando el pantalón" (haciendo sus necesidades fisiológicas) a unos 50 metros de la vivienda cuando escuchó dos detonaciones que provenían del interior de la misma. Acudió rápidamente y tuvo tiempo de ver a dos individuos que huían por la parte posterior. Se enfrentó y persiguió a los desconocidos uno de los cuales le golpeó con una vara. Por fin, huyeron de la zona en un Seat 131 de color marrón.

Una coartada

Víctor dio a la policía incluso una detallada descripción de los supuestos autores del homicidio. Uno de ellos fue hallado por la policía. Se trataba de un tal Paco, un hombre que había tenido algunos problemas con los Silva e incluso había asalta do alguna vez la chabola, pero que tenía una coartada: la noche del crimen estaba en un centro médico, sometido a un tratamiento de desintoxicación."Además, los datos de Víctor no casaban", explica la policía. "Los vecinos no oyeron los disparos porque a esa hora, las doce de la noche aproximadamente, había cohetes de una fiesta de un barrio cercano. En cambio Víctor aseguraba haber oído los dos tiros. Tampoco era probable que nadie viera nada. Es verdad que en estos sitios es dificil que alguien cuente nada, pero ahora en verano la gente suele estar fuera de las chabolas al fresco de la noche".

Puestas de manifiesto todas las contradicciones, Víctor dio una segunda versión en la que implicaba a otra persona. Finalmente, el lunes 9 de julio se detuvo al muchacho, que confesó lo sucedido. La escopeta la había encontrado en un vertedero y desconocía que estuviera cargada cuando la estaba engrasando. Víctor ha contado ahora que, una vez que vio a su hermana muerta, cogió una furgoneta y se fue a casa de su hermano mayor. Por el camino se deshizo del arma, que la policía no espera encontrar. "Alguien se la habrá llevado ya", dijeron.

Víctor Silva pasó ayer a disposición judicial. Su hermano Bernardo está en la misma situación. Él y Manuel Vargas están acusados de matar a Miguel Pulpillo Sánchez, de 29 años, cuyo cadáver fue hallado el 30 de junio cerca de Manoteras. En su ropa guardaba la documentación y 50.000 pesetas.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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