González, molesto por la polémica Guerra-Solchaga, analiza con los dirigientes del PSOE la situación interna

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha empezado a preparar personalmente la orientación política del próximo congreso federal del PSOE con el objeto de favorecer una apertura de la ejecutiva y del partido, según las personas que han hablado con él recientemente. González, molesto por la pública repercusión del enfrentamiento entre los miembros del Gobierno Alfonso Guerra y Carlos Solchaga, ha mantenido estos días largas conversaciones con personalidades socialistas; como los ministros Javier Solana y el propio Solchaga. Ayer tenía previsto cenar con Narcís Serra y Raimon Obiols.

Algunos miembros del Gabinete que acudieron ayer al último pleno del Congreso de este periodo de sesiones mostraron cierto nerviosismo ante la posible reacción de Felipe González por la cadena de declaraciones de miembros de su Gabinete apoyando a la ejecutiva y alejándose de la línea del titular de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, en su petición de mayor pluralismo en el órgano de dirección del PSOE. Estos miembros del Gobierno intuyen que el presidente no ha podido acoger de buen grado Ia sensación" que se ha creado de división en el partido y en el Gobierno, y menos "que se le ponga en una situación de elegir a uno o a otro".Ayer mismo, algún ministro volvió a hacer declaraciones públicas sobre la polémica. Matilde Fernández, ministra de Asuntos Sociales y miembro de la ejecutiva, declaró a la Cadena COPE que "el monolitismo (del que Solchaga acusa a la dirección del PSOE) le ha servido mucho a Solchaga como ministro de Economía". "Le ha servido", agregó, "en los momentos más difíciles". La ministra añadió: "No creo que esto acabe como lo de Miguel Boyer (ex ministro de Economía y Hacienda); Solchaga está más relacionado con el partido ( ... ) y no ha tenido una política de péndulo como Boyer, que de pronto tenía el carné y de pronto lo dejaba".

José María Benegas, secretario de Organización del PSOE, afirmó que en los últimos tres años "el partido ha defendido en todo momento al ministro de Economía".

El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, acudió también al último pleno del Congreso y no tuvo inconveniente en pararse a hablar con los periodistas, aunque fue evidente que iba a negar cualquier atisbo de problemas en su partido o en el Gobierno. La actitud del vicepresidente fue la de contestar a. los periodistas preguntándoles qué sabían ellos.

Como quiera que se le preguntó por la información de algún medio en la que se atribuía a Carlos Solchaga haber planteado al presidente el ultimátum "o yo o Guerra", el vicepresidente dijo: "No conozco nada de eso y no me parece serio; yo no tengo ni idea de por qué ponen esos titulares, yo no tengo esa información". La conversación fue toda de este tenor y, si se le requería para que aclarara su enfrentamiento con Solchaga, volvía a decir a los periodistas que lo explicaran ellos. "El Gobierno funciona coordinadamente y yo no he oído a nadie que dijera, lo contrario".

Según Guerra, "el único debate que ha habido en el comité federal fue el que se produjo en torno a los documentos que servirán de base teórica para el 322 congreso". Preguntado si, a su juicio, la actual ejecutiva era "monolítica", siguiendo el término utilizado por Solchaga, contestó: "La actual ejecutiva fue elegida en el anterior congreso por 900 delegados; habrá que preguntarles a ellos qué opinan". Agregó que Ios debates del partido no se hacen a través de los medios de comunicación".

Precisamente lo ocurrido en el último comité federal ha sido también el origen de reacciones malhumoradas por parte de Felipe González, según aseguran fuentes del PSOE no catalogadas como guerristas. Interlocutores que no pertenecen al Gabinete han coincidido en apreciar un cierto enojo de González con los planteamientos continuistas y la actitud de "resistencia" mantenida tanto por Alfonso Guerra como por seguidores de éste. El secretario general del PSOE ha comentado en conversaciones privadas, según esas fuentes, su disgusto por la negativa de Guerra a que el próximo congreso federal socialista debata una ponencia política.

En la reunión del comité federal del PSOE celebrada el pasado fin de semana, el diputado andaluz Ramón Vargas Machuca, uno de los dirigentes caracterizados por sus aportaciones a debates ideológicos sobre la estrategia socialista, defendió personalmente la conveniencia de facilitar un cauce de debate sobre la orientación política del PSOE, que además permitiera rectificar errores del comportamiento socialista. Guerra tomó la palabra para denegar la solicitud -más chocante por cuanto la formulaba una persona que mantiene buenas relaciones con el guerrismo- con la explicación de que ya hay una ponencia ideológica para discutir, como es el Programa 2000.

Como consecuencia, el congreso federal del PSOE sólo debatirá un documento ideológico de carácter genérico, con un contenido principalmente publicitario, como es el Programa 2000; una ponencia dedicada a los estatutos y organización interna del PSOE y otro documento ceñido a la política municipal.