El 'apartheid', falacia teológica

Al identificarse con el pueblo elegido de Israel, los afrikáner se consideraban en su derecho de excluir a los negros de la tierra prometida. (...)Calvinistas convencidos, indeseables en su Europa natal, acosados primero por los colonos holandeses y más tarde por los británicos, se refugiaron en el interior del continente negro. (...) Esta identificación con el pueblo de Israel ha condicionado su organización social y sus relaciones con los pueblos de alrededor. Así, se inspiraron en los textos bíblicos para prohibir los matrimonios y las relaciones sexuales interraciales. (...) Los afrikáner han hecho una lectura incompleta y parcial de la Biblia; se han contentado con el Antiguo Testamento, ignorando el Nuevo Testamento. (...)

El fin del apartheid es también el fin de una falacia teológica. La contradicción entre un Dios de amor y de fraternidad y un Dios que instituye el apartheid es, en efecto, insoportable.

La solución al problema del apartheid en Suráfrica no es simplemente política o económica. Para el pueblo afrikáner ha llegado la hora de hacer una lectura total de la Biblia, y de comprender que el Dios de Israel no era solamente aquel que les libró de la mano del Faraón para conducirlos hacia la tierra prometida, sino también aquel que por boca de Jesús decía a los hombres: "amaos unos a otros como yo os he amado".

8 de julio