Javier Gúrpide,

vicepresidente del Banco Bilbao Vizcaya, está escribiendo un libro de relatos y cuentos orientales. Gúrpide, un navarro enamorado de Andalucía, de 50 años, compagina las tareas de alto ejecutivo como vicepresidente del BBV, responsable de la corporación industrial, los seguros y el Banco de Comercio, con la pasión por la poesía, fruto de la cual ya ha publicado libros de poemas, tales como Apoteosis de la espera, Ya no sé andar a tientas y La longitud del viento. El vicepresidente del BBV, que dice atravesar una edad compleja en la que se debate entre el pudor por publicar desde su posición de financiero y la falta de motivación para ponerse a escribir, entiende la poesía como un ejercicio de sensibilidad que se revela en determinados momentos. Admirador de César Vallejo por su lenguaje desgarrado y de Rilke por su sutileza, Gúrpide muestra una actitud distante ante los nuevos modelos sociales que han convertido en obligado mandamiento el asombrar y argumenta que asistimos a un momento en el que prima lo financiero sobre la economía real, y que esto fue una de las causas principales del crash de 1987. Amante también del cine de los años treinta, cuarenta y cincuenta, cuenta con una videoteca de más de 2.000 títulos.