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España intervino el 39% de droga requisada en Europa

Las fuerzas de seguridad españolas requisaron el 39% de las 171 toneladas de estupefacientes incautadas en Europa durante 1989, según datos de Interpol incluidos en la memoria sobre dicho año del Plan Nacional sobre Drogas entregado el pasado miércoles en el Parlamento.Estas aprehensiones españolas suponen un 40% del hachís incautado en 1989 en el Viejo Continente, el 32% de la cocaína y el 15% de la heroína. Este informe cifra en 455 los muertos por consumo de estupefacientes en 1989 en España en seis ciudades, lo que supone un aumento del 218% sobre 1985, año de creación del citado plan.

La administración gastó en 1989 más de 14 mil millones de pesetas en luchar contra la droga desde los frentes policial y sanitario. La memoria señala la gravedad del consumo de drogas en el servicio militar, que originó 2.760 medidas disciplinarias en 1989, 669 exclusiones, y el decomiso de cinco 5.327 gramos de estupefacientes. El informe señala que uno de los objetivos del Plan Nacional sobre Drogas es "intensificar las actuaciones tendentes a la disnúnución de la demanda de la droga, utilizando la normativa vigente para reducir la accesibilidad a las drogas legales e ilegales".

Este proyecto, anunciado hace un año por el ministro de Sanidad, Julián García Vargas, aún no se ha plasmado en una acción concreta del Gobierno, si bien determinados ayuntamientos vienen penalizando ya el consumo de droga en público.

La memoria revela un incremento del 52% de la heroína incautada en España en 1989 respecto del año anterior; por el contrario se redujeron las aprehensiones de cocaína en un 47% y de hachís en un 29%. El aumento de la heroína incautada se explica por los tres decomisos efectuados en el último trimestre del año pasado (109 kilos en Málaga, 58 kilos en Madrid y 82 en Marbella). El descenso en la captura de las otras drogas se atribuye a que en 1989 no se requisaron alijos como en el año precedente de 1.000 kilos de cocaína y 17.000 de hachís.

Grupos turcos y colombianos

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El informe señala que la introducción de la heroína en España sigue en manos de "grupos u organizaciones turcos, que en los últimos años se han hecho poco a poco con el mercado clandestino, desbancando a otros y ocupando sus puestos". El tráfico de la cocaína continúa, como en años anteriores, en manos de grupos colombianos, sin que se hayan apreciado la irrupción de mafias distintas. El mercado de la cocaína, según la memoria, "está estabilizado pero en cotas altas." Igual alto estancamiento presenta la venta de hachís.

La memoria refleja la detención de 27.407 personas en España en 1989 por venta de estupefacientes, de las que 3.552 eran extranjeros. El año precedente se produjeron 513 detenciones más. No obstante, los detenidos de 1989 duplican a los de 1985. El informe destaca cuatro frentes de la ofensiva contra el narcotráfico: el plan Galicia, que cuenta con un grupo especial e investiga la reconversión de la red de contrabando de tabaco al tráfico de hachís y cocaína; el plan de aeropuertos, que pretende impermeabilizar esta vía; el plan sur, para coordinar e impulsar en Andalucía, a través de la Delegación del Gobierno la actuación de todas las fuerzas que combaten la introducción de cannabis desde África del Norte.

Sobre blanqueo de dinero del narcotráfico, la memoria cita que la fiscalía antidroga ha abierto 17 diligencias de investigación preliminar. Este documento también revela que de los 529 españoles detenidos en 1989 en el extranjero, el 77% lo fue por tráfico y consumo de drogas, y que la asistencia oficial prestada a esa población reclusa supuso 36 millones de pesetas.

Uno de los aspectos más dramáticos del informe es la evolución de muertes directamente atribuibles a la droga, según un estudio realizado sobre seis grandes ciudades españolas (Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza). Esta estadística excluye toda muerte en la que la droga sea factor contribuyente, pero no causa única. Esto omite decenas de drogadictos muertos en accidentes y por patología orgánica como sida o hepatitis. Con todo, la evolución es clara: en 1983 los muertos por drogadicción fueron 82; en 1985 sumaban ya 143; en 1988 eran 337 y en 1989 suponían 455. En suma, 1.553 muertes. Esto supone que en los seis últimos años la mortalidad por drogadicción aumentó al menos un 448%.

Uno de los aspectos que refleja la memoria es el progresivo crecimiento del consumo de cocaína en España. Este fenómeno ha sido reiteradamente denunciado por las autoridades sanitarias, que se han quejado de la buena imagen de que gozaba de esta droga frente a la heroína, de lo que corresponsabilizaban a los medios de comunicación.

La memoria del Plan Nacional sobre Drogas ofrece varios indicadores al respecto. Si en 1985 del total de detenidos por narcotráfico el 7,7% lo era por venta de cocaína, este porcentaje se elevó a un 10,5% el año pasado. En 1985 se decomisaron 303 kilos de esta droga, frente a los 1.852 kilos del año pasado.

En 1985, del total de muertos por drogas, el 11% presentaba muestras de cocaína en la sangre. Este porcentaje se elevaba ya a un 29,9% el año pasado. Si en 1985 el 31% de los que iniciaban tratamiento por dependencia de heroína admitía que consumía también cocaína, en 1989 este doblete lo confesaba un 47,3%. La memoria admite sin ambages que "hay una carencia casi absoluta de información respecto a los patrones de consumo de cocaína (vía de administración, frecuencia e intensidad de uso, etcétera)".

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