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Carlos Goyanes introdujo en España durante 1988 al menos 15.000 kilos de hachis, según el juez Garzón

Carlos Goyanes se puso en contacto, a finales de 1987, con José Paz Carballo y Albino Paz a través de José Manuel Padín Gestoso, alias Manolo el Catalán, según los autos de prisión dictados por el juez Garzón contra los presuntos implicados en la mafia del narcotráfico gallego. Los primeros se encargaron de proporcionarle hachís libanés vía Túnez, que fue transportado en barcos contratados por Ricardo Portabales. Al menos se realizaron tres operaciones, una de entre 2.500 y 3.000 kilos de droga, una segunda de 5.000 y una tercera de 7.500. Todas se efectuaron en 1988 y las descargas se localizaron en el cabo de Gata (Almería). Además de Goyanes, participaron otras dos personas cuya identidad se está contrastando.

El capo Laureano Oubiña mantuvo una reunión el 12 de mayo de 1988 con José Paz y Ramón Longa Vidal para concertar la venta de una partida de 370 kilos de cocaína que Oubiña había conseguido a través de unos agentes de policía de un depósito judicial en el País Vasco, según consta en uno de los autos de prisión dictados por el juez Garzón. En la resolución del magistrado se precisa que los agentes habían sustituido la mercancía por el peso equivalente en harina. En otros autos de Garzón se revelan algunos de los negocios sobre tráfico de drogas y armas realizados por los encausados con dirigentes colombianos del cartel de Medellín.

De la operación de venta de la droga que Oubiña consiguió en el País Vasco sólo José Paz compró 20 kilos de cocaína, que repartió con Albino Paz, a razón de cuatro millones de pesetas el kilo. Oubiña se quedó con los 350 restantes, siempre según las resoluciones judiciales citadas.

En uno de los autos se relatan varias grandes operaciones de compra de cocaína, de 450 kilos cada una, por parte de José Manuel Padín a Juan Ramón Matta Ballesteros. Estas partidas fueron negociadas en Panamá por Padín y el ahora arrepentido Ricardo Portabales y fue el propio Matta quien contrató los barcos Promasa I y Promasa II, propiedad de la naviera de Celso Barreiro, para trasladar la mercancía desde Centroamérica a Europa.

Padín ha participado junto con otros de los encarcelados en multitud de envíos de partidas de cocaína y hachís. Para ello utilizaba los servicios que prestaban otros miembros de la organización de forma permanente o accidental: Ramiro Sancho Casas y Delmiro Rey, en cuanto al transporte; Ramón Javier Lorenzo Viña, respecto al almacenamiento; Narciso Fernández Hermida, sobre la venta al por menor; Ricardo Portabales, en relación con la contratación de barcos, o Carlos Goyanes, en la venta al por mayor.

Entre las descargas que ha llevado a cabo Padín cabe destacar la de 1.000 kilos de cocaína, realizada conjuntamente con Melchor Charlín, desde el barco de los Ochoa, por medio de lanchas, hasta Setúbal (Portugal), o la llevada a cabo con José Paz y Albino Paz, en enero de 1989, que supuso la introducción de unos 1.400 kilos de coca.

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Entre el 23 y el 26 de enero de 1989 se reunieron en Cascais (Portugal) Fabio Ochoa Vázquez, Laureano Oubiña, José Manuel Padín, Vicente Otero, Manuel López Bugallo, Manuel Charlín Pomares, José Paz, Albino Paz y otros no identificados para discutir los precios y los sistemas de envío de la droga, así como para tratar sobre la forma de inversión en España del dinero que los españoles debían entregar al colombiano por la adquisición de un cargamento de varios cientos de kilos de cocaína. El encargado de gestionar las inversiones fue Miguel Rivero González.

Padín es uno de los más importantes implicados en el tráfico de droga desde Suramérica (clan de los Ochoa) a España y también ha participado en alguna reunión en la que se concertaron operaciones de tráfico ilegal de armas. El campo de operaciones es vastísimo, ya que abarca Suramérica, España Portugal, Gibraltar, Marruecos, Andorra, Italia, Túnez, Líbano, Francia y Suiza, entre otros.

Uno de los aspectos que re vela una de las resoluciones judiciales es que los narcotraficantes gallegos José Paz Carballo y Ramón Longa Vidal estafaron a sus proveedores árabes de hachís. En 1986, Paz negociaba varias partidas de hachís de 2.000 y 5.000 kilos. La droga era descargada en varias playas gallegas y era almacenada por Albino Paz. A principios de 1987 se realizó una tercera operación de 5.000 kilos de hachís marroquí que Paz Carballo sustrajo a su proveedor. Tras este hecho, él pasó a un segundo plano y dejó que la organización fuera representada por Ramón Longa, quien quedó encargado de hacer los pedidos. Tras varios encargos cortos, de 1.500 kilos, para que el árabe no sospechase, en 1988 se realizó otro de unos 5.000, que también fueron sustraídos al proveedor marroquí simulando que la carga se había perdido.

Entre las incautaciones más importantes de este tipo de droga figura una realizada en mayo último y en la que se intervinieron 3.070 kilos de resina de hachís en Murcia. Cada kilo se cotiza en el mercado negro a casi tres millones de pesetas.

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