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Los seguidores de Guerra se movilizan para que continúe en el Gobierno

Anabel Díez

El llamado sector guerrista del PSOE se ha movilizado en los últimos días para que Alfonso Guerra continúe en la vicepresidencia de Gobierno y en la vicesecretaría general del partido, y que desde est segundo ámbito encabece la renovación organizativa e ideológica que se pretende para el 32º Congreso, en noviembre. Estos son los objetivos del partido, en tanto que sectores de la Administración sin organizar creen que ha llegado el momento de que Felipe González haga una crisis "verdadera" y prescinda tanto de su segundo como del ministro de Economía, Carlos Solchaga.

En esta hipótesis el ministro de Educación, Javier Solana, supondría la tercera vía al ser una persona bien vista en todos los sectores. Varios ministros del Gobierno y el número tres del partido, Txiki Benegas, secretario de organización, se apresuraron ayer a manifestar su alejamiento de cualquier movimiento táctico y se ajustaron al texto constitucional para recordar que la competencia en esta materia es exclusiva del presidente del Gobierno.Los ministros de Transportes y Comunicaciones y de Sanidad, José Barrionuevo y Julián García Vargas en tono humilde señalaron que los ministros no estaban autorizados para opinar sobre estos asuntos. García Vargas interpretando a sus compañeros de Gabinete afirmó que en absoluto estaban inquietos ante posibles cambios y que simplemente les cabía esperar a que "se lo comunicaran", en referencia a posibles sustituciones.

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, luego de invocar al presidente del Gobierno afirmó que las opiniones que se estaban vertiendo a este respecto "son interesadas ya que la única fuente fiable es el presidente".

Solchaga tenía razón al afirmar que las distintas voces eran interesadas como se desprende de la actitud del sector guerrista. Este sector es el único con fuerza para organizarse ya que abarca desde la comisión ejecutiva federal hasta la mayoría de las organizaciones regionales. Efectivamente desde hace días se aprecia su movilización para transmitir la impresión de que Alfonso Guerra seguirá siendo

vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general del PSOE al tiempo que admiten que sectores de la Administración verían con buenos ojos que Felipe González prescindiera de Guerra en el Gobierno. Siempre según el convencionalmente llamado sector guerrista "todo está preparado" para que Alfonso Guerra desde el ámbito partidista encabece "la renovación del PSOE". Como dato recuerdan que todos los documentos que irán al Congreso de noviembre y que constituirán la base teórica del partido para los próximos años han sido inspirados por Guerra.El último dato que les sirve para señalar que resulta "inconcebible" que Guerra salga del Gobierno es el éxito electoral en Andalucía que han convertido de hecho en un plebiscito favorable al vicepresidente, como refleja el informe de gestión de la Ejecutiva que será presentado mañana en el Comité Federal.

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Hechos sin probar

Así en el apartado de elecciones andaluzas se afirma que los ciudadanos han dado su apoyo "a un partido y a unos líderes" a quienes se ha intentado desprestigiar en clara referencia al escándalo Juan Guerra. En otras partes del documento se cita al vicepresidente para decir que se le han imputado hechos sin probar intentando alejarle de la vida política cuando ha sido "abrumadoramente avalado por las urnas".

Precisamente esa relación que desde el PSOE se hace al vincular el éxito electoral con el apoyo a Guerra ha molestado en sectores del PSOE situados en la Administración "por la utilización del resultado electoral en beneficio de una persona".

Estos interlocutores cuya vinculación partidista está en la federación socialista madrileña, sin mostrar animadversión a Guerra estiman que ha llegado el momento de que el vicepresidente abandone el Gobierno e incluso dudan de que sea la persona adecuada para la nueva etapa que se quiere abrir en el PSOE, en la que cobra relieve la apertura a otros partidos como puso de manifiesto la reunión celebrada el pasado martes entre Adolfo Suárez, Arzalluz, Miquel Roca y Benegas. Esta misma opinión es compartida por alguna federación que aunque no cuestionan la honorabilidad del vicepresidente estiman que el escándalo de su hermano le ha "quemado" y que sería bueno "para el proyecto" que se alejara al menos temporalmente.

En esta tesis y a sabiendas de que González no prescindiría de Guerra sin prescindir igualmente de Solchaga para no dar la impresión de que el ministro vence al vicepresidente, entraría en juego el ministro de Educación, Javier Solana, para un puesto relevante en el Gobierno.

Por su parte altos cargos del entorno de la Presidencia del Gobierno insisten en que lo que tenga que ser "será de mutuo acuerdo", señalando que Felipe González y Alfonso Guerra "como hacen siempre" decidirán si el segundo se queda o no en el Gobierno. Estos interlocutores presuponen que el presidente no pedirá al vicepresidente que deje el Gobierno sino que si ello ocurriera sería por propia decisión de Alfonso Guerra y que Felipe González aceptara.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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