Tortilla de espinacas en el menú de Delgado
Un día como el de ayer necesitaba una buena alimentación en carrera por doble motivo: la gran distancia y la lluvia, con una temperatura baja para esta época del año. El frío, según los encargados de aprovisionar a Pedro Delgado y al resto del equipo Banesto, obligó a darles algo caliente y a rebajar la ración de fruta y de sales, puesto que sudarían menos. La bebida caliente fue agua con miel, a la que se añadieron unos sobres de proteínas. La fruta se redujo a media manzana y un riñón, una especie de melocotón. El resto de la comida, dada dos veces, en los kilómetros 124 (donde abandonó Fignon) y 228, fue la habitual: un emparedado, esta vez de tortilla de espinacas, otro de queso con mermelada, dos pasteles de manzana y arroz, cereales (un compuesto de comida dietética) y dos membrillos pequeños, además de tabletas de glucosa.El ingerir esta comida no tiene ya mayores problemas para los corredores. Ayer, la dificultad estuvo en el tiempo. Aparte de guardar el equilibrio, no resulta agradable comer mientras el agua da en la cara a 40 kilómetros por hora.
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