Mandela matiza su opinión sobre un diálogo necesario entre Londres y el IRA
Nelson Mandela encontró ayer refugio ante la tormenta política que le esperaba en el Reino Unido al puntualizar en el Parlamento su consejo de la víspera de que el Gobierno debe negociar con el IRA. Con la atmósfera despejada, tanto Mandela como Margaret Thatcher esperan sacar beneficios de la estancia británica del líder africano.Lo que menos deseaban ambas partes es que un conflicto diplomático oscureciera esta ocasión, la primera en que el Gobierno de Thatcher entabla contacto directo con el Congreso Nacional Africano (ANC), al que en 1987 la primera ministra tildó de organización terrorista.
Durante su corta estancia en Dublín, y en conferencia de prensa, Mandela recomendó a Londres que entablara discusiones sin condiciones previas con el IRA para evitar las muertes que ambos llevan 20 años infligiéndose. Tales palabras provocaron un unánime rechazo en Londres, donde hasta el propio líder de la oposición, Neil Kinnock, dijo que su amigo Mandela había sido mal aconsejado.
El político surafricano lamentó ayer haberse visto implicado en tal disputa. "Lo que dije es que nuestra posición como ANC es que todos los conflictos, se produzcan donde se produzcan, deberían ser resueltos por métodos pacíficos".
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