El Canal de Isabel II garantiza el suministro de agua a cinco pueblos a cambio de una subida de tarifas del 30%
Los 60.000 vecinos de Quijorna, Navalcarnero, Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo y Brunete, localidades del oeste de la región, disponen desde ayer de agua suministrada por el Canal de Isabel II. Estos ayuntamientos ya no tendrán que excavar nuevos pozos para extraer el agua necesaria para la vida doméstica e industrial de sus vecinos. A cambio, los habitantes de estos pueblos tendrán que pagar un 30% más por cada metro cúbico. Mientras estos pueblos estrenan el nuevo servicio, otros municipios, como Móstoles y Parla, celebran estos días, como fiesta mayor, el aniversario de la llegada del agua canalizada a sus ciudades.Las obras de la nueva arteria que lleva el agua desde la presa de Valmayor hasta estas cinco localidades han durado un año y han costado 1.300 millones de pesetas. Para la canalización se han utilizado 40 kilómetros de tubería de fundición dúctil con un diámetro de 500 milímetros. Con estas obras se acaba, según Roque Gistau, gerente del Canal de Isabel II, con los problemas de abastecimiento y calidad del agua de estos pueblos.
Hasta ahora, los vecinos usa ban el agua procedente de pozo y sondeos. Según José Luis Adell, alcalde de Navalcarnero, "este sistema causaba una inquietud constante a los vecinos, ya que teníamos que estarpend.¡entes de si, por cualquier causa imprevisible, las capas freáticas bajaban. Además", continúa Adell, "la carencia de un servicio tan fundamental creaba serios problemas de crecimiento demográfico e industrial. Ningún empresario quiere instalarse en un lugar que no dispone de agua garantizada para su fábrica".
Según Adell, la llegada del agua del Canal "repercutirá positivamente en la salud pública, ya que hasta ahora las condiciones sanitarias del agua eran sólo relativas, y no sería extraño que los casos de gastroenteritis y salmonella que se daban en verano tuvieran que ver con el agua de los pozos".
La nueva arteria cuenta por primera vez con un sistema electrónico de detección de averías. "Una red de sensores a lo largo de la tubería comunicará a la estación central cualquier anomalía en la conducción situada a más de 40 kilómetros", afirma Gistau. Con la incorporación de estas localidades, el Canal de Isabel Il gestiona el agua del 96% de los habitantes de la región.
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