Argentin aprovechó otra escapada consentida

El italiano Moreno Argentin, campeón mundial de fondo en carretera en 1986 y líder de la Copa del Mundo tras sus victorias en las clásicas Tour de Flandes y Flecha Valona, ganó ayer destacado la tercera etapa del Tour. En una jornada sin trascendencia, pero con la tensión latente en el seno del pelotón por la escapada y el liderato de Steve Bauer el día anterior, los incidentes volvieron a ser extradeportivos. Una segunda manifestación de agricultores interrumpió la carrera, que fue neutralizada a lo largo de 15 kilómetros. La etapa, disputada en gran parte bajo la lluvia y con algo de frío, se decidió a 70 kilómetros de la meta al escaparse Argentin.

Argentin, un especialista en saltar con potencia del pelotón en los últimos kilómetros, ganó la etapa de ayer como si de una carrera clásica de un día se tratara. Incluso la lluvia le hizo imaginar que se encontraba rodando por carreteras belgas. Sólo faltó el empedrado, que abunda más en el nordeste francés, hacia el que se dirigirá la carrera en los próximos días. El ex campeón mundial (que ganó su título en Colorado con este método) demostró también que se ha preparado a conciencia para brillar en el Tour. No participó en el Giro precisamente por ello. No es un corredor de pruebas por etapas, pero sí para vencer en alguna de éstas. En la última Vuelta a Suiza ya lo hizo y su meta esta temporada es volver a ganar el Campeonato del Mundo, que se disputará en Japón."Cuando salté, no esperaba llegar solo, pero a 20 o 25 kilómetros de la meta, con cuatro minutos de ventaja, ya pensé en el triunfo. Ni siquiera me preocupé por una caída que tuve a causa de la lluvia. Tenía margen suficiente para controlar al pelotón", declaró el corredor italiano, que rebosa experiencia en llegadas solitarias. El ciclista transalpino, aun agazapado con sólo siete segundos de ventaja sobre Delgado, no ha dejado mucho tiempo para hacerse notar.

La carrera de verdad, sin embargo, va por otros derroteros. La tensión se palpa en los favoritos, que no se acaban de creer la escapada del domingo y confían en que Bauer, al que más temen, no resista. Pero no están seguros porque ya demostró en 1988 que lucha como un poseído hasta el último metro y ha demostrado encontrarse en forma, al revés que el año pasado. La presencia de Ronan Pensec, un hombre de Greg Lemond, entre los primeros podría hacer cambiar algo las tácticas habituales a la contra del norteamericano. Fignon, desde luego, está contento de que su gran rival tenga al fin algo que defender. El equipo Z, evidentemente, es bien distinto al mediocre ADR que dejó al norteamericano solo el año pasado.

Respecto al liderato de Bauer, Pedro Delgado ofreció su opinión: "Todo el mundo estuvo tranquilo [Alcalá, sin embargo, dijo que el PDM fue el único que había tirado, pero que lo dejó a los 20 kilómetros al ver que nadie ayudaba]. Yo, desde luego, no supe la ventaja que nos sacaba hasta la llegada. Es un hombre peligroso porque es muy regular. Hace todo bien, aunque, como dicen aquí, en ninguna faceta sea un super. De todas formas, es difícil que aguante. Pero ya me han dicho que Lemond está nervioso. Y él le conoce mejor que nadie porque es vecino...".

De todas formas, el corte más radical de la jornada, aparte de la escapada de Argentin, fue el segundo ocasionado en dos días por agricultores que protestan por los precios de sus productos. Si el día anterior tiraron aceite, lo que provocó la caída de una docena de corredores, entre ellos Delgado, lo de ayer, en Saint Gemme, a los 84,5 kilómetros de los 228 totales de Poitiers a Nantes, se convirtió en auténticas barricadas formadas con árboles, latas y todo tipo de objetos. Pese a la intervención de la gendarmería, se hubiesen necesitado varias compañías para restablecer la normalidad y a costa de ocasionar heridos. La organización decidió neutralizar la carrera 15 kilómetros dando un rodeo por una carretera comarcal.

Pero los corredores no pudieron evitar las caídas y el más perjudicado terminó siendo un español, Roque de la Cruz, del Seur, que, con fractura de vértebras, se convirtió en uno de los primeros en abandonar.