La alcaldesa de Turín es acusada de alarmismo por los políticos

La alcaldesa de Turín, la socialista Maria Magnani, se lamentó ayer de las críticas que ha despertado su propuesta de invertir el orden de las semifinales y evitar así la presencia de los hooligans ingleses en la ciudad donde residen los familiares de las víctimas de la tragedia de Heysel. La clase política italiana, a excepción de los socialistas, ha llamado alarmista a la alcaldesa. "Muchos italianos no me han comprendido", dice María Magnani, "e incluso algunos diarios se han inventado declaraciones mías. No es cierto, por ejemplo, que haya pedido la intervención del Ejército"."El caso de Turín es único", mantiene la alcaldesa. "Las otras ciudades no han vivido la tragedia de Heysel. Nuestra candidatura fue presentada en 1984, cuando aún no había sucedido el desastre de la final de la Copa de Europa. Y, además, quiero recordar que mi propuesta del cambio de sede de las semifinales era puramente informal". Bobby Robson, el seleccionador inglés, ha tratado de restarle importancia al asunto con una comedida frase: "Turín debería sentirse honrada de acoger una semifinal entre a emanes e ingleses".

Duras críticas

Mientras, los políticos de Turín se han manifestado mayoritariamente en contra de la propuesta de la alcaldesa, que, según ellos, sólo ha conseguido aumentar el alarmismo. El único partido que no se ha manifestado, ni a favor ni en contra, ha sido el socialista, al que pertenece María Magnani. Pero incluso el socialista Giorgio Cardetti, que era alcalde cuando sucedió la tragedia de Heysel, ha criticado a Magnani: "Yo habría hecho las cosas de una manera muy diferente. Me habría reunido con la policía para organizar el dispositivo de seguridad, pero siempre en el límite de mis competencias. Durante años hemos luchado para acoger cinco partidos del Mundial, y sería absurdo renunciar ahora".

El comunista Diego Novelli, que en 1980 presidía el Gobierno de izquierdas en la ciudad, fue aún más duro: "Hemos luchado contra el terrorismo, que era mucho más peligroso, sin llegar a pronunciar declaraciones tan alarmistas. En todo caso, debería haberse pensado en esta posibilidad antes de presentar la candidatura". El vicepresidente de la alcaldía, el liberal Pier Giorgio Re, también se mostró crítico: "Me he quedado sin habla cuando he leído los periódicos. Estoy sorprendido".