En busca del perdón
J. M. S. La necesidad de volver a las competiciones europeas y las órdenes estrictas que han recibido de su federación han hecho que la selección inglesa sea una de las más correctas del Mundial. Inglaterra tan sólo ha sido sancionada con tres tarjetas y sus jugadores están teniendo un comportamiento exquisito.
Los chicos del polémico Bobby Robson se niegan a hablar de otra cosa que no sea fútbol. Juegan y viajan con el estigma de sus hinchas.
Steve McMahon, del Liverpool, no quiere recordar la tragedia de Heyssel ni opinar sobre lo que puede suceder en Turín si Inglaterra se clasifica para las semifinales. "Es un pecado ensuciar la fiesta del fútbol con estas cosas. El fenómeno de los hinchas violentos no es sólo inglés sino también europeo".
Gary Lineker, ex jugador del Barcelona y actualmente en el Tottenham, cree que al fútbol inglés "le nació un cáncer tras los incidentes de Heyssel". "Vamos a ganar en Nápoles y demostraremos a. todo el mundo que muchas de las historias que se cuentan no son ciertas y que desde la misma Italia hay provocaciones".
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