Amper reduce sus beneficios un 70% y critica el comportamiento de Telefónica

Antonio López, presidente de Amper, aseguró ayer que la actual dirección de Telefónica se siente mucho menos comprometida con su empresa, lo que ha supuesto en 1989 una sensible reducción del volumen de facturación generado por la compañía que gestiona el monopolio. Este factor, unido a los costes de reestructuración derivados de empresas en crisis que han pasado a la órbita de Amper, ha provocado en 1989 una reducción de los beneficiosconsolidados del grupo del orden del 70%.

Los resultados consolidados del grupo Amper se situaron el pasado año en 772 millones de pesetas, frente a los 2.475 millones registrados a lo largo del ejercicio de 1988. Esta desviación es consecuencia directa de las pérdidas de 2.000 millones acumuladas por las filiales Amper Programas (derivación de la antigua Marconi), Cosesa y Teletechnique.Además, el peso de Telefónica en la facturación de Amper ha bajado desde el 71% en 1988 al 50% en el pasado ejercicio. Este año, la participación de Telefónica en las ventas de Amper se reducirá todavía más hasta un 37,9%. Esta circunstancia ha provocado que se contemple con mucha cautela el futuro de la empresa con respecto a sus relaciones con Telefónica.

Relaciones con el monopolio

Antonio López dejó claro, pese a todo, que Telefónica es el primer cliente de Amper "y, como tal, siempre tiene razón", añadió. No obstante, el presidente de la compañía de telecomunicaciones mostró su nostalgia por los tiempos pasados, cuando Telefónica "ayudó decisivamente al desarrollo de la compañía". En la actual situación, las relaciones con el monopolio están dominadas por la contracción del mercado de terminales, lo que ha motivado que Amper no renueve los contratos temporales en su sociedad matriz, reduciendo además el papel que esta empresa tiene dentro del grupo, donde tan sólo representa ya un 30% del volumen consolidado de ventas.Bajo esta premisa, López anunció una reestructuración jurídica de Amper, que se traducirá en la creación de una nueva corporación industrial de la que dependerán las distintas participaciones financieras.

En este diseño, la empresa matriz pasará a convertirse en una filial más de la nueva sociedad holding que, en definitiva, reflejará la verdadera imagen corporativa de un grupo compuesto por una veintena de compañías participadas: "Amper ha dejado de ser ya la empresa de terminales que dio origen a todo el grupo", argumentó al respecto el presidente de la compañía, quien considera que en 1992, la futura corporación Amper registrará un volumen de ventas de 125.000 millones de pesetas, el doble de las que están previstas para este mismo año.

El planteamiento de Amper tiene por objeto adaptar la estructura jurídica del grupo a los nuevos requerimientos derivados de la ley del Mercado de Valores, que, entre otros aspectos, tienden a la consolidación de resultados. El proyecto supondrá, en consecuencia, un cambio en la cotización de Amper, de tal modo que la nueva sociedad holding sustituirá a la actual Amper, S A, dentro de bolsa.

El volumen de negocio del grupo Amper en 1989 fue de 40.000 millones de pesetas, con unos activos totales de 53.000 millones y una plantilla de 5187 trabajadores. Los recursos generados antes de impuestos se situaron por encima de los 3.000 millones.