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Huelga en el metal italiano como 'ensayo' del paro general del día 11 por la revocación de la escala móvil

Juan Arias

La huelga que el sector metalúrgico italiano ha convocado para mañana, miércoles, se va a convertir en un claro indicador de la profundidad de la crisis que puede atravesar el Gobierno de Giulio Andreotti durante el mes de julio. El día 11 de ese mes, después del Mundial de fútbol, los sindicatos italianos han convocado una huelga general por el mismo motivo que el paro de mañana: larevocación de la escala móvil por parte de la patronal italiana.

El problema de la clase obrera ha explotado, de repente, en Italia. La crisis en curso entre los trabajadores de la industria y los sindicatos, por una parte, entre la patronal y los sindicatos, por otra, ha estallado al mismo tiempo que la pelea entre industriales y Gobierno, y de industriales y sindicatos. Entre todas están haciendo temer al mundo político, y concretamente al presidente, Giullo Andreotti, una crisis incluso ministerial. La gravedad de la crisis se acentúa debido a que el 1 de julio Italia tiene que asumir la Presidencia semestral de la Comunidad Europea.La gota de agua que ha colmado el vaso ha sido el anuncio que hizo días atrás la patronal de su intención de revocar unilateralmente el famoso mecanismo de la escala móvil, un instrumento que, desde hace veinte años, aumenta los sueldos de los trabajadores automáticamente según el aumento del costo de la vida de una canasta de productos.

Los metalúrgicos pidieron enseguida una huelga general haciéndola coincidir con la renovación del convenio. Los tres grandes sindicatos, el comunista-socialista CGIL, el democristiano CISL y el socialista-republicano UIL, que entre los tres recogen ocho millones de afiliados, también estuvieron de acuerdo con ir a la huelga, pero sólo "después de los Mundiales" y la aplazaron para el día 11 de julio. Los metalúrgicos, enfadados por dicho aplazamiento, han decidido hacer la huelga por su cuenta mañana miércoles.

Menores sueldos

El problema de fondo es que obreros de la industria acusan a todos de haberles convertido en la cenicienta de los trabajadores. Denuncian que ganan casi la mitad de un empleado de ministerio y que no pueden llevar adelante una familia sin hacer un montón de horas extraordinarias. Acusan a los sindicatos y al Partido Comunista Italiano de haberse interesado mucho los años pasados de conquistar "derechos sindicales", mientras que se ha olvidado de su sueldo, que ha quedado en una cifra irrisoria, con una media de ciento veinte mil pesetas al mes.Los industriales contestan que es verdad que los obreros italianos ganan menos que los ingleses, por ejemplo, pero que, al mismo tiempo, por cada 1.000 liras de sueldo de un obrero italiano, la empresa tiene que pagar 2.000 de impuestos mientras que en el Reino Unido pagan sólo 1.500. Y afirman que si el Gobierno no pone remedio no será posible ni seguir con la escala móvil ni aumentar el sueldo a los trabajadores de la industria.

Ahora el Gobierno está haciendo lo imposible para poder evitar la huelga general proclamada por CGIL, CISL y UIL para el día 11 de julio ya que sería un mal inicio del semestre italiano de presidencia CE. Pero lo cierto es que los trabajadores de la industria, que ya los días pasados, sin siquiera esperar a la huelga de mañana de los metalúrgicos y menos a la general del día 11, han salido en muchos sitios a la calle con gestos de protestas que han llegado a paralizar estaciones de ferrocarriles y autopistas nacionales.

Pero el problema es de fondo y deberán resolverlo sobre todo los industriales y el Gobierno. Éste intenta aplazar hasta finales de 1991 la desaparición de la "escala móvil", los sindicatos piden a los industriales que primero aprueben el nuevo convenio y después se hablará de la escala móvil, pero los industriales responden que el convenio es para cuatro años y que no es posible aprobarlo antes de resolver el problema de fondo, en un momento, afirman, en el que la economía italina está perdiendo puntos frente al reto de 1993.

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