Ausencia de recomendaciones y de sanciones
El Tribunal de Cuentas admite en sus conclusiones del nuevo informe sobre financiación do los partidos en 1987 que éstos, al no estar obligados anteriomente a mostrar sus Finanzas, han presentado unos estados contables con serias deficiencias que impiden en algunos casos analizar las operaciones.Algunas formaciones sólo han presentado cuentas de un semestre. Ninguna ha entregado un balance sobre toda su estructura ni contabiliza adecuadamente las subvenciones de grupos parlamentarios y de entidades locales. Ni uno solo ha abierto la preceptiva cuenta para ingresar donaciones privadas. Tampoco contabilizan adecuadamente ni las subvenciones electorales ni los gastos de campaña. El control interno, en la mayoría de los casos, es muy deficiente o inexistente.
Resulta harto dificil averiguar las subvenciones de los partidos coligados. Todo ello genera que los estados contables rendidos ante el Tribunal de Cuentas no reflejen la situación financiera real. El tribunal, visto que algunas formaciones sólo han rendido cuentas de un semestre y que la documentación es muy heterogénea, opta por aplazar la emisión de recomendaciones hasta la fiscalización de un ejercicio completo.
Los valores del CDS
El CDS es un compendio de tales críticas genéricas. Este partido, con una deuda bancaria de 1.124 millones en 1987, omite consignar al menos un crédito por valor de ,cinco millones de pesetas. El inventario no incluye todas las adquisiciones de bienes y enseres, u ofrece una valoración distinta de la del documento de compra. Los mecanismos de control interno son notablemente deficientes, ya que carece de un libro diario conjunto globalizado; no registra derechos ni obligaciones; es insuficiente el control sobre ingresos y gastos de sedes provinciales y no suma las subvenciones parlamentarias ni locales. Este partido cifra en 253.830 pesetas las aportaciones privadas en 1987, pero no abrió la cuenta específica que exige la ley. El monto de subvenciones ofrecidas por el partido difieren de las halladas por el tribunal.
De Convergència Democrática de Catalunya -169 millones de deuda bancaria en 1987-, el informe resalta como violaciones de la ley que una sola persona dispone de los fondos de las cuentas; no ingresa ni controla las subvenciones parlamentarias y locales, y no justifica algunos gastos. Similares críticas se vierten sobre Unió Democrática de Catalunya. Tampoco se libran del varapalo del Tribunal de Cuentas fuerzas como Coalición Galega, Partido Aragonés Regionalista, Centristas de Galicia, Unión Valenciana, Unión del Pueblo Navarro y Agrupación Tinerfeña de Independientes.
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