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Gutiérrez propone a UGT elaborar un código deontológico para las elecciones sindicales

Antonio Gutiérrez, secretario general de Comisiones Obreras, va a proponer a la dirección de UGT la elaboración de un código deontológico de comportamiento para las próximas elecciones sindicales, al que se pueden adherir si lo desean otras centrales, y evitar así los problemas de comicios anteriores.

Ante el proceso que se va a desarrollar durante el próximo otoño, Comisiones asegura que va a mantener la ventaja en las grandes empresas y piensa ganar también en los pequeños centros de trabajo. El sindicato ha iniciado ya la precampaña de las elecciones en las que deben participar seis millones de trabajadores de las empresas públicas y privadas y un millón de empleados públicos. Según el censo actual, hay 218.414 pequeñas empresas -las que tienen entre seis y 50 asalariados- con un total de 2.825.000 trabajadores y en ellas se han de elegir 247.416 delegados. Las empresas con más de 50 trabajadores son 16.904, que reúnen 2.900.000 asalariados y han de designar 128.446 delegados sindicales.El presupuesto destinado por CC OO es de 140 millones de pesetas y según Antonio Gutiérrez cuentan con las condiciones y medios suficientes para llegar al máximo número posible de empresas y ganar las elecciones sindicales". El responsable de organización de la central, José Manuel de la Parra, comparte la misma opinión y asegura que "sin jactancia de ningún tipo, podemos llegar a todos los centros de trabajo".

Sus previsiones indican que pueden revalidar "los siempre buenos resultados obtenidos por CC OO en las medianas y grandes empresas" y su pretensión es hacerse también con el primer puesto en las pequeñas empresas, sector donde UGT ganó en 1986 y ello le permitió convertirse en el sindicato con mayor número de delegados.

Gutiérrez afirma que en las próximas elecciones no se van a repetir los enfrentamientos entre las dos centrales porque "no entran en liza intereses contrapuestos, y cabe la competitividad, siempre que no se confunda con confrontación". Su argumento es que, una vez acabe el proceso viene la recta final hasta el 93, quizás la etapa más difícil de las que hemos vivido, y será necesario poner a prueba la unidad. Además si se confirman los intentos del Gobierno de aplicar políticas de ajuste será también necesario poner a prueba la capacidad de movilización".

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