Garzón califica de "muy grave" que los detenidos burlaran su incomunicación en otro oficio a Justicia
El juez Baltasar Garzón, instructor del sumario sobre los 18 detenidos el día 12 por su presunta implicación con el narcotráfico, remitió ayer un segundo oficio al director general de Instituciones Penitenciarias, Antoni Asunción, a quien le indica que alguno de los detenidos burló la incomunicación decretada por el magistrado porque pudo escuchar la radio en la prisión, mientras otros. se comunicaron de celda a celda a gritos. El juez calificó en el escrito los hechos como "muy graves". La Dirección de Prisiones insistió, en una nota oficial, en que la incomunicación se respetó en todo momento.
En el oficio enviado ayer por el juez Garzón -el primero lo remitió el pasado lunes pidiendo explicaciones a Instituciones Penitenciarias-, el magistrado asegura textualmente: "Durante el periodo de incomunicación, (uno de los encarcelados) tuvo conocimiento, al menos parcialmente, de quiénes estaban en la misma situación mediante la audición de la radio que tenían las personas que están en primer grado, al circular por el pasillo otros, y, mediante comunicación en alta voz".Garzón agrega en el oficio -enviado con el informe favorable del teniente fiscal antidroga, Javier Zaragoza- que lo ocurrido "es muy grave, con independencia de la trascendencia en orden a los interrogatorios". "Le ruego me dé cuenta de los resultados de la investigación que haya llevado a cabo aunque los efectos negativos ya se han producido", concluye el juez.
De esta forma, el juez que dirige la gran operación contra el narcotráfico insiste de nuevo ante Justicia en que no se respetó su orden de mantener incomunicados a los 18 detenidos -uno ya está en libertad- pero en este segundo oficio agrega dos datos concretos al respecto: que alguno pudo es cuchar la radio de otros presos (los incomunicados no pueden escuchar la radio ni leer la Prensa) y que los encarcelados hablaron entre ellos a gritos y se transmitieron mensajes para confabularse ante las declaraciones que tendrían que prestar en el juzgado.
El director general de Instituciones Penitenciarias, Antoni Asunción, respondió con dureza e ironía al contenido de dicho oficio.
En declaraciones a la Cadena SER, Asunción afirmó: "Si ha habido una audición lejana, no puedo constatarlo, pero lo que no hay es una instrucción concreta de taparles los oídos a los presos". Agregó que la hipótesis de que algún preso haya podido escuchar la radio "no cambiaría el curso de esta investigación". El director general aseguró que se ha respetado la orden de incomunicación en todos sus términos.
Garzón se negó ayer a comentar la versión de Instituciones Penitenciarias ni las declaraciones de Asunción. No obstante, fuentes próximas a la investigación indicaron que el magistrado estaba "profundamente irritado" porque, a lo largo de la jornada de ayer, había tenido conocimiento de que el contenido de su segundo oficio había sido transmitido a diversos medios de comunicación. Esas fuentes precisaron que el malestar del magistrado se debía a que el sumario permanece bajo el secreto dictado por el propio Garzón.
En el misma dirección que Antoni Asunción, el Ministerio de Justicia, al que pertenece la Dirección de Instituciones Penitenciarias, difundió ayer una nota oficial en la que se indica que "en todo momento se ha respetado la incomunicación". Precisa al respecto algunos detalles como los siguientes: no se les permite salir al patio; la comida les es facilitada por los funcionarios; van a las duchas de uno en uno y acompañados por funcionarios; al que pidió libros, lo tuvo que hacer mediante catálogo; no es posible la comunicacíón dada la ubicación de las celdas que ocupan.
Verificado por inspectores
"Todo lo anterior", agrega la nota de Justicia, "fue verificado por inspectores de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias en la visita girada al establecimiento de Madrid 2 (Alcalá Meco) el 18 de junio de 1990". Fue en esa inspección cuando los funcionarios encontraron notas y cartas escritas por los incomunicados que serán remitidas al juez Garzón, quien precisamente las reclama en su segundo oficio.
Para Justicia, del contenido de esas notas intervenidas a los reclusos se desprende que los detenidos no las utilizaron para comunicarse entre si, sino para otros fines como escribir a sus familiares o anotar direcciones.
Según fuentes próximas a la investigación, el juez tiene "constancia escrita" de que varios de los encarcelados burlaron la incomunicación. Esas fuentes aseguran que al menos dos de los reclusos han reconocido en sus declaraciones judiciales que conocían la identidad de los otros detenidos y que pudieron comunicarse con algunos de ellos.
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