Inglaterra y Holanda, afectadas por problemas externos e internos
Las selecciones de Inglaterra y Holanda se aprestan para el partido cumbre del grupo F (hoy, 21.00, TVE-2) en ambientes enrarecidos y tensos, pero contrastados. Mientras los ingleses están indignados por culpa de temas extradeportivos, los holandeses están preocupados por los problemas que, frente a Egipto, encontraron sobre el terreno de juego.
Los enviados especiales que acudieron a la cita diaria en el Stadio Comunale de la localidad de Pula se encontraron ante unas puertas abiertas antes de la hora habitual, un estadio desierto y un Bobby Robson [técnico inglés] enfurecido. El culpable: el Daily Mirror y cuatro diarios más se hicieron eco de una portada que anunciaba: "Belleza expulsada de la concentración inglesa".Según el rotativo londinense, Isabella Claravolo, hija de un "acaudalado hombre de negocios de Cagliari" y una de las azafatas-traductoras asignadas a la selección inglesa, había sido expulsada del hotel Is Molas tras unas maniobras no permitidas en las habitaciones. Según el diario, los presuntos implicados son un grupo variopinto compuesto por Barnes, Beardsley, Pearce y el capitán Robson. El Comité Organizador del Mundial 90 confirma que la joven ya no trabaja en el hotel de los líos, pero insiste en que ha sido trasladada, según estaba previsto, a otro hotel donde ayer los fotógrafos ingleses se codeaban en busca de la foto. Fuentes periodísticas afirman que The Sun ofreció unos cuatro millones de pesetas a la joven si admitía que había tenido relaciones sexuales con algún jugador. Todos niegan la veracidad de la escandalosa noticia.
"Es un asunto triste, desmoralizante y asqueroso", dijo el seleccionador Bobby Robson ante los periodistas. "Los jugadores ya se han ido. Ha sido una profundísima decepción que se haya inventado una historia que no tiene ni pizca de veracidad".
"Que algunos tengan la idea de hacerle esta jugada a la selección inglesa en estos momentos resulta bastante asqueroso. Los jugadores no quieren ver a unas personas capaces de escribir tamaña porquería, y yo les aplaudo".
"¿Y la joven? ¿Su dignidad? ¿Su familia? ¿El jaleo que ahora debe soportar? ¿A alguien entre ustedes le importa todo esto? Claro que no. Lo único que interesa es llenar columnas de un diario. No importa nada más en este mundo. Yo hablé con los jugadores anoche y he vuelto a hacerlo esta mañana. Puedo confirmar que se trata de una fabricación, una confabulación. A partir de ahora, que ustedes vivan su vida, pero que nos dejen seguir con la nuestra".
"Además", prosiguió, "¿qué decimos de los últimos 20 minutos de Holanda frente a Egipto? ¿Aquello fue fútbol total? Vimos un fútbol de lucha. El portero Van Breukelen dejó de entregar pelotas con la mano. Pareció decirles: 'No os doy esta pelota. La voy a mandar lo más lejos posible. Luego, si la perdéis, al menos está a 70 metros'. Vamos, ni Holanda ni nosotros hemos empezado como hubiéramos querido, pero estoy convencido de que el sábado se verá buen fútbol".
Desconfianza holandesa
Los holandeses no están tan convencidos. El empate cedido frente a Egipto ha minado la confianza en su propia calidad de juego. La expedición llegó a Cagliari trayendo consigo desde Palermo el trasfondo turbado, resumido por la contundente frase del Balón de Oro, Marco van Basten: "Si seguimos jugando así", sentencia, "ni siquiera pasaremos a la segunda fase".
La llegada holandesa al hotel Setar fue celebrada con una recepción presidida por unas jóvenes vestidas con las tradicionales faldas holandesas y que ni siquiera insinuaban la posibilidad de líos al estilo inglés. El festejo, sin embargo, no escondió la latente tensión. Vanenburg se confesó decepcionado por su sustitución y su probable marginación del partido frente a Inglaterra: "Beenhakker dice que algunos tienen problemas de mentalización", dijo, "pero ¿por qué no da nombres?". Rijkaard ligó una respetable secuencia de contestaciones monosilábicas. El coordinador general Rinus Michels machacó la frase "pregúnteselo al técnico". Ronald Koeman, que el día anterior no se había entrenado a causa de un dolor de cabeza, tampoco prodigó elocuencia. Y Van Basten, ante las preguntas de la televisión británica, acabó diciendo: "Siempre opino lo mismo que Frank Rijkaard".
"Hemos perdido dos años", dijo Van Basten. "Hemos tenido tiempo para construir y pulir los conceptos de conjunto. Tenemos a los mejores futbolistas del mundo, pero durante dos años hemos jugado el peor fútbol. Si no mejoramos frente a Inglaterra, perdemos".
Ruud Gullit se dedica también a la autocrítica personal y colectiva. "No me gusta mi momento de juego", confiesa. "Sé que debo mejorar mucho. Mi cerebro me exige cosas que mi cuerpo no puede ofrecer. He participado en pocos amistosos y tengo que hacer mi rodaje. Esto me causa problemas".
El heredero de la crisis deportiva es el ex madridista Leo Beenhakker. "Es que una preparación de 15 días resulta muy corta", anuncia el recién nombrado seleccionador. "Esto nos perjudica. A algunos les cuesta asimilar que 1988 ya pasó. Es historia. Ya no vale. Ahora mismo tengo a unos grandes jugadores, pero no tengo un gran equipo".
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