_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El 'show'

Digamos ante todo que nunca la palabra merece la cárcel, y que de nada sirve el miedo puesto al servicio M silencio. El hombre se dignifica o se envilece de muchas maneras, pero la facultad de hablar o de callar es patrimonio exclusivo del hablante, y cuando se vulnera este último derecho, el hombre es sólo carne, y la voz, ruido. A la palabra hostil o equivocada sólo se la puede vencer con más palabras acuñadas en la fundición de la verdad y del respeto. Se supone que todos decimos nuestra verdad, pero el insulto la degrada. 0 sea, que si se trata de coleccionar indignaciones ante el posible encarcelamiento de un palabrador, pues ahí tienen la mía, sincera y bienintencionada, y que los coleccionistas hagan de ella lo que quieran: desde exigir indultos hasta comprar martirologios en busca de la rentabilidad empresarial. Lo que sea, con tal de impedir que un señor locuaz vaya a la cárcel, pero, por favor, que no confundan la independencia con el grosor del insulto, y sobre todo, que no me menten la libertad de expresión, que eso ya canta.A veces hay funámbulos que encuentran en la transgresión sistemática de unas normas morales no escritas a un público curioso que le aplaude. Ésa es al fin y al cabo la vocación del showman, que no la de periodista. Y a fuerza de arriesgarse llega un día que tiene un accidente laboral y se da de bruces con los tribunales. Entonces, los periodistas siempre estamos ahí para mentir que todos somos iguales, porque la vanidad humana no tiene límites, y preferimos ser los grandes dolientes a unos pequeños dudantes; quizás convendría ser un poco más humildes y decir que, en efecto, también los periodistas condenamos a otros a cárceles interiores de difícil indulto. Pero, claro, en la humildad no hay show y si no hay show ¿qué coño hacemos aquí hablando de la libertad de expresión y otras intelectualidades?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_