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ITALIA 90

Egipto avergonzó al campeón de Europa

Siguen creciendo los enanos en un Mundial donde nadie se atreve a mencionar la suerte de los campeones. Tras el fracaso del campeón del mundo, Argentina frente a Camerún, el otro representante africano, Egipto, mantuvo ayer en jaque a los holandeses, campeones de Europa.Egipto, que reaparecía en un Mundial tras más de medio siglo de ausencia, fue merecedor de su primer punto en una fase final.

Antes del partido el segundo entrenador y ex gloria de la selección egipcia, Mahmoud El-Khatib, insistía que lo más importante que había aprendido su equipo era no tener un respeto exagerado a nadie. Empezó tratándole de usted a Holanda, pero pronto descubrió que tutearle no iba a provocar reacciones iracundas.

El seleccionador egipcio Mahmoud El-Gohary, que sería un rival muy serio para Cruyff y Menotti en la liga de consumidores de cigarrillos, hizo un planteamiento tan coherente que bajó los humos a la selección holandesa y provocó, durante la primera parte, unas salidas de su seleccionador Leo Beenhakker hacia la banda para dar instrucciones de emergencia.

Beenhakker había amenazado con revoluciones tácticas pero todo quedó en una manifestación de intenciones. Incorporó a Rutjes en la defensa para poder colocar a Rijkaard en el centro del campo, pero por lo demás se quedó con la vieja guardia, los intocables de 1988. Finalmente, optó por no alinear ni al ariete Kieft ni al zurdo Witschge, y mantuvo fe con Erwin Koeman y Vanenburg, dos hombres cuestionados. En el segundo tiempo, finalmente, realizó los cambios que había insinuado que haría.

Mientras tanto, El-Gohary había avisado que la suerte de esta guerra dependía de pequeñas batallas. No las ganó todas, pero tampoco las perdió. Su selección, que había encajado dos goles en ocho partidos clasificatorios, montó dos sólidos bloques en la defensa y en el centro del campo, que se defendían por zonas y que presionaban al más puro estilo irlandés.

De esta forma, los holandeses no encontraron tiempo para levantar la cabeza. Gullit y Van Basten estuvieron durante gran parte del partido aislados por tener las vías de suministro cortadas. Los egipcios demostraban un nivel técnico que les permitía salir de situaciones apuradas y que contrastaba con la penuria del anterior partido entre ingleses e irlandeses.

Los egipcios tienen cintura y condición física. Saben triangular jugadas. Y, apoyándose en la velocidad de Hassan, El Kas y Abdelhamid, se permitió explotar con peligro los espacios o entre los laterales y los centrales holandeses. Dieron réplicas dignas ante Van Breukelen a las pocas ocasiones contenidas en su propia área, casi todas en el primer tiempo. Gullit (minutos 17 y 19) amenazó a Shonbeir y Van Basten tiró alto una espectacular bolea a bocajarro (m. 35).

Los avisos para Holanda se incrementaron en el segundo tiempo. El Kas (m. 49) fue el primero en exigir, una gran parada a Van Breukelen, y en los siguientes 10 minutos Hassan y Abdelhamid siguieron su ejemplo y subrayaron la debilidad de la defensa holandesa frente al rápido contragolpe.

En aquellos instantes la tribuna de Prensa ya preparaba frases aptas para describir otra gran sorpresa. Pero en el minuto 59 el afortunado gol del sustituto Kieft provocó un rápida retorno a los tópicos.

Van Basten, que había estado bien controlado durante casi todo el partido, centró desde la izquierda. Rijkaard despistó a la defensa egipcia al olvidarse de tocar la pelota en su intento de remate, y el balón llegó a Kieft para que, con la parte externa del pie derecho, lo levantara hasta la parte alta de la red.

La lógica sostenía que el partido estaba sentenciado. Pero los egipcios se negaron a arrodillarse ante el rey de Europa. El sustituto Tolba pareció haber desperdiciado la gran ocasión para empatar cuando a siete metros de Van Breukelen y en solitario levantó demasiado su bolea.

La justicia tardó hasta el minuto 82 en llegar. Y lo hizo también de forma rocambolesca. Cuando entraba en franquicia al área holandesa, Hassan fue derribado por el azulgrana Ronald Koeman. Dio la impresión de que la falta inicial se había cometido fuera del área, pero el árbitro español Soriano Aladrén, que había rechazado cuatro anteriores peticiones egipcias, señaló, quizá por acumulación de caídas, el punto de penalti. Abelghani superó a Van Breulelen, y cuando los holandeses sacaban de centro todavía estaba rezando con la cara hundida en la hierba.

El resultado sorpresa deja a las cuatro selecciones del grupo F empatadas a un punto y a un gol. Como ha dicho una y otra vez el seleccionador inglés Bobby Robson, este grupo empezará en realidad el próximo sábado.

El resultado puso al descubierto, por otra parte, la desunión que preside a la selección holandesa. El equipo respira un ambiente enrarecido, desde que el seleccionador, Leo Beenhakker acusó a alguno de sus jugadores de hacer turismo.

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