La CE destaca la desaceleración del crecimiento económico español y de la creación de empleo

La inflación y el paro son los pies de barro de la economía europea, que continuará creciendo este año y el próximo a un ritmo del 3% anual, según el informe económico analizado ayer en Luxemburgo por los ministros de Economía y Finanzas de la CE. En cuanto a España, las previsiones de la Comisión Europea son que la economía se enfría y el crecimiento pasará de un 4,9% a un 3,8% este año y a un 3,6% en 1991. A cambio, la creación de empleo bajará del 4,1% al 2,3%, y se situará en sólo el 1% el próximo.

El informe de la Comisión dice sobre España, además, que la formación bruta de capital bajará este año cuatro puntos y el déficit comercial récord de este año de 3,2 billones de pesetas se incrementará en medio billón en este año y en otro tanto en 1991.

"El ralentizamiento del crecimiento de la inversión obedece principalmente a los efectos de las políticas -especialmente las restricciones monetarias- puestos en marcha en numerosos países miembros para prevenir el recalentamiento", afirma el informe de previsiones presentado por la Comisión Europea a los ministros. La desaceleración "es particularmente importante en Grecia, España y el Reinó Unido", pero mientras el déficit comercial británico da señales de mejoría, el español no hace sino crecer brutalmente.

España sufrirá una menor afluencia de capitales con el que se aspira a contener la demanda, pero la inflación se mantendrá este año en el 6,6% (6,1% en 1991), frente al 4,7% de media comunitaria. El efecto más negativo se sufrirá en el campo del empleo, con una tasa de paro en descenso (16,13% este año y 15,9%, el próximo, frente al 16,9% de 1989), aunque continuará siendo el doble de la media comunitaria, y la tasa más alta junto a la de Irlanda. El enfriamiento tendrá una incidencia directa in el índice de creación de empleo, que se reduce a casi la mitad este año y bajará al 1,6% en 1991.

Las disparidades de comportamiento de las economías de los doce, fueron ayer analizadas por los ministros de Economía como un ensayo para la vigilancia multilateral que se va a implantar en la CE a partir del 1 de julio de este año, coincidiendo con la entrada en vigor de la primera fase de la unión económica y monetaria. La Comunidad podrá hacer recomendaciones a cada Estado para que se ajuste a los baremos del resto. En el futuro, los consejos se convertirán en obligaciones.

La segunda y tercera fases para la creación de un banco central europeo (Eurofed) y de una moneda común están aún pendientes de resolver numerosas discrepancias.

Por otra parte, el ministro español, Carlos Solchaga, afirmó ayer en Bruselas refiriéndose al mercado único que si en España no se llega al pacto de competitividad "habrá que implantar medidas fiscales y presupuestarias más fuertes".

La conferencia intergubernamental para reformar los tratados de la Comunidad Europea será convocada a final de año.