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Los sindicatos rechazan una reducción de los ingresos por renta

Comisiones Obreras y UGT defendieron ayer una reforma fiscal que "garantice el aumento sostenido de la potencia recaudadora del impuesto sobre la renta", durante la primera reunión entre los representantes sindicales y la secretaría de Estado de Hacienda. "No vamos a apoyar un IRPF que dé un paso atrás en la capacidad recaudatoria del impuesto", añadieron. El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, respondió a este reto sindical al afirmar que "el mantenimiento de la capacidad recaudatoria del IRPF es un principio teórico que podemos aceptar pero que hay que matizar".El "aumento de la potencialidad de la imposición directa" decidirá, a juicio de los sindicatos, si la reforma fiscal "es o no progresiva". Ese aumento de la recaudación por impuestos directos que piden los sindicatos no se apoya necesariamente en el aumento de los tipos impositivos sino incorporando rentas que ahora no pagan". En concreto, los representantes sindicales apuntaron que "tres millones de contribuyentes, en los colectivos de empresarios y profesionales, no pagan en la medida de sus posibilidades".

Progresividad

Borrell también defendió el aumento de "la progresividad real" del impuesto, pero, en su opinión, "la disminución de la presión fiscal directa puede afectar de manera muy distinta a una clases de renta y a otras, por lo que no hay que confundir neutralidad global con neutralidad sectorial". Esta neutralidad es el resultado de una menor presión fiscal directa financiada por el aumento de los impuestos indirectos a que obliga la armonización con la Comunidad Europea. Los sindicatos rechazan esa neutralidad ya que consideran que el aumento de la recaudación por IVA debe destinarse a aumentar y mejorar los servicios públicos.Ambas partes sí estuvieron de acuerdo en reiterar que la lucha contra el fraude es el mejor método para reforzar la progresividad fiscal real. Parte de ese fraude está concentrado entre empresarios y profesionales que, con el actual sistema de declaración objetiva y directa, se sitúan artificialmente en la banda de rentas bajas. La modificación del método de declaración de empresarios y profesionales intentará eliminar está vía de escape.

Borrell expuso a los sindicatos los dos problemas con los que se enfrentará la reforma de la estimación objetiva y directa para empresarios y profesionales. En primer lugar, aseguró, la reforma "no es viable si no se refuerzan los actuales medios de la administración tributaria". A este problema se une que su puesta en marcha no puede comenzar en enero de 1991, aunque ésa sea la fecha prevista por Hacienda para la entrada en vigor de los nuevos impuestos sobre la renta y el patrimonio. El retraso obedece a que el nuevo sistema de estimación objetiva exige un estudio previo por sectores para ver cuáles son los "parámetros" sobre los que se va a estimar la renta del empresario.

Los sindicatos aprovecharon el anuncio de "la necesidad de un periodo de maduración para la modificación del sistema de estimación objetiva" para defender que conviene "reconsiderar el calendario" de la reforma fiscal. A juicio de las centrales, "el debate debe hacerse con tiempo suficiente para que la reforma gane en legitimidad social. Si eso no puede hacerse en un mes, se hace en más de un mes". Borrell respondió que "el ministro ha fijado un objetivo -con unos plazos técnicamente posibles- que debe ser cumplido.

La negociación con las centrales continuará el próximo jueves, con el debate del libro blanco de la reforma, que analizará hoy el Consejo de Ministros y aprobará el viernes 15.

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