Solchaga prevé rebajar el impuesto de la renta a cambio de subir el IVA

El Gobierno contempla la introducción de mayores deducciones fiscales sobre las rentas del trabajo, con la garantía de establecer una menor presión fiscal para los ingresos más bajos, durante la segunda fase de la concertación social, que comenzará el próximo jueves. El Ministerio de Economía y Hacienda, a cambio, pedirá el apoyo de los agentes sociales para su política de armonización con la fiscalidad comunitaria, lo que también supone un mejor trato para las rentas del capital. La menor recaudación originada por el recorte de la imposición directa sería compensada mediante el aumento de la indirecta, especialmente a través de una elevación del impuesto sobre el valor añadido (IVA).

El Ministerio de Economía y Hacienda está dispuesto a reducir la recaudación por el impuesto sobre la renta, tras la reforma del IRPF en marcha, si se alcanza un pacto que reduzca la presión fiscal de las rentas más bajas. El debate fiscal en la segunda fase de la concertación formaría parte, desde el punto de vista de la Administración, de las reformas estructurales que deben acompañar al pacto sobre reparto de productividad que el Gobierno quiere alcanzar con los partidos políticos y las fuerzas sociales.El hecho de que se abra una mesa de concertación fiscal puede retrasar la presentación de la reforma del IRPF, que el Ejecutivo se había comprometido a llevar en julio al Parlamento. Fuentes de la Administración, que no ocultan que de cualquier forma Hacienda está retrasada en la elaboración de ese complejo proyecto, consideran la posibilidad de que hasta septiembre no esté preparado el texto para ser discutido por el Congreso, y que, en caso de un retraso aún mayor, el Gobierno debería prorrogar un año más la situación fiscal actual, lo que desea evitar.

Carlos Solchaga, por su parte, es favorable a que el mejor trato fiscal de las rentas de capital, al que obliga la línea seguida por los países europeos, tenga como contrapartida un trato más favorable a las rentas del trabajo aun a costa de reducir la recaudación tributaria por el impuesto sobre la renta. "Podríamos pactar", aseguró Solchaga a este periódico, "que, tras la reforma, la distribución de la carga fiscal sea relativamente equilibrada. Para ello se podrían arbitrar deducciones en las rentas del trabajo al tiempo que algún procedimiento que asegure que la carga fiscal de las rentas bajas no sea elevada".

El trato fiscal favorable tanto a rentas del capital como del trabajo reducirá, inevitablemente, la recaudación por el impuesto sobre la renta. A cambio, reconoció Solchaga, "habrá que aumentar otros impuestos, sin olvidar que estamos obligados a aumentar la fiscalidad indirecta, incluso a través de directivas comunitarias". Ese aumento responderá tanto a. la elevación de los tipos del IVA como a la mejora de su gestión e inspección. La reducción de la carga fiscal sobre las rentas del trabajo se arbitraría a través de mayores deducciones en el IRPF, junto con la garantía de una baja presión fiscal para las rentas más bajas. Esto último pasará por la modificación del sistema de declaración de pequeños empresarios, que incentivará la presentación de la estimación objetiva en lugar de la directa.

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