El Prater será un fortín
La final del Prater presentará unas extraordinarias medidas de seguridad, sin duda las más rigurosas de las observadas hasta ahora en las competiciones futbolísticas de Europa. Unos 1.500 policías y 100 agentes de investigación criminal se encuentran en estado de alerta ante el partido que jugarán hoy el Milan y el Benfica de Lisboa.El temor viene motivado en, gran medida por la imposibilidad de mantener separadas a las dos aficiones, que estarán integradas por 30.000 hinchas italianos y 12.000 portugueses según las últimas estimaciones. A pesar de que se había reservado un sector para los milanistas y otro para los seguidores del Benfica, en zonas opuestas, se cree que muchas entradas destinadas a los portugueses han sido adquiridas por los aficionados del Milan.
El recuerdo de Heysel
El trauma de la matanza de la final de Heysel invade la atmósfera de Viena, aunque hasta el momento no se ha producido ningún incidente violento. Pero el fracaso para delimitar con claridad los dos sectores de aficionados ha obligado a incrementar las medidas de seguridad, tomadas en una reunión a la que asistieron funcionarios de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA), dirigentes de la policía vienesa y representantes del Milan y el Benfica.
Las bebidas alcohólicas estarán prohibidas en el interior y en los alrededores del estadio del Prater, que, según se acerca la hora del partido, toma el aspecto de una fortaleza.
Entre los espectadores que presenciarán en directo el encuentro estará Eusebio, la leyenda del fútbol porugués, que ha recordado la buena actuación del Benfica en otro compromisos disputados en la capital austriaca.
Silvio Berlusconi se sentará también en el palco de honor, donde estará acompañado por dos presidente de clubes y amigos personales, Gianni Agnelli, del Juventus, y Ramón Mendoza, del Real Madrid.
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