_
_
_
_

Una mujer halla a su hermano muerto a cuchilladas y con el pene seccionado

Una mujer encontró ayer a su hermano, Antomo Ruiz Vega, asesinado a cuchilladas y con el pene seccionado, tras ser alertada por la portera del inmueble de que desde hacía días no veía a la víctinia. El fallecido fue hallado desnudo y con quemaduras de cigarrillos en la piel, lo que permite suponer que fue torturado, según informaron fuentes policiales. Hace exactamente un año se produjo otro caso muy similar cuando un hombre fue asesinado y posteriormente mutilado de la forma.La portera del inmueble número 17 de la calle de Conde Duque, en el centro de Madrid, se alarmó al advertir un fuerte hedor procedente del piso bajo que ocupaba Antonlo Ruiz, de 46 años, un hombre que subsistía gracias a su familia. La mujer se decidió a avisar a la hermana de Antonio, la cual acudió a la comisaría de Universidad para informar del homicidio.

Pasa a la página 4

La policía cree que el crimen de Conde Duque es obra de un mendigo

Viene de la página 1José Jordán, cuñado de Antonio Ruiz, entró en en la vivienda acompañado de dos policías y descubrieron el cadáver, que estaba totalmente desnudo y tapado con una manta. La víctima tenía la cabeza ensangrentada y tres cuchilladas (dos en el abdomen y la tercera en la región mamaria izquierda). Posteriormente, el asesino le seccionó el pene y se lo dejó encima de una pierna.

La casa de la víctima, de 35 metros cuadrados, estaba en gran desorden y llena de suciedad. En medio de la habitación había unos excrementos humanos, posiblemente pertenecientes al homicida, según fuentes policiales, que creen que el crimen estuvo rodeado de un extraño rito, propio de vagabundos y marginados.

Ruiz había trabajado en una lavandería hasta el pasado mes de enero y anteriormente lo hizo esporádicamente en una imprenta perteneciente a su cuñado, José Jordán. Iba a comer diariamente a la casa de Jordán y por la tarde regresaba a su apartamento de la calle de Con de Duque llevándose la cena preparada.

Antonio Ruiz se emborrachaba con frecuencia y tenía relaciones de amistad con los grupos de vagabundos que se reúnen en un parque cercano a su domicilio. Casimira Arilla, la portera de la finca, dijo que "gente muy desagradable" acudía a la casa a horas intempestivas, ocasionando molestias al resto del vecindario.

La última vez que la portera vio con vida a Ruiz fue durante la mañana del pasado lunes, cuando éste le devolvió las 1.000 que ella le había prestado con anterioridad. El cuñado de Ruiz dijo ayer que ignoraba que hubiera dado tal destino a las 1.000 pesetas que él mismo le había dado el domingo "para que pudiera comprar cigarrillos y lo que necesitara".Lo más extraño del caso es que ningún vecino oyó los gritos que la víctima sin duda debió de proferir a causa de las torturas a las que el asesino le sometió aplicándole al cuerpo cigarrillos encendidos.

Estrangulado

Las primeras impresiones del médico forense apuntan la posibilidad de que la víctima muriese por estrangulamiento, ya que las tres puñaladas le fueron asestadas después de muerto. Es casi seguro que el agresor le amputó el pene cuando ya había dejado de existir.

Alrededor de la una de la tarde de ayer, dos mendigos fueron detenidos en el parque de la calle de Conde Duque, después de que uno de ellos tratara de escapar al ver a los policías del Grupo de Homicidios que estaban haciendo averiguaciones en la zona. Ambos individuos solían ir a la casa de Ruiz, según indicaron los vecinos. Ayer tarde se desconocía si los agentes habían afianzado sus sospechas en contra de los arrestados.

El vecindario piensa que el móvil del crimen puede ser el robo, ya que quizás los mendigos vieron que tenía el dinero que le había dado su familia y trataron de arrebatárselo mediante torturas y malos tratos. José Jordán, sin embargo, manifestó con rotundidad: "Yo estoy seguro de que el robo no es el móvil del crimen. Yo creo que a Antonio, que era un hombre muy bueno y muy tímido, le han matado las malas compañías".

El macabro ritual que rodea este caso tiene mucha similitud con el ocurrido el 27 de mayo del año pasado, fecha en la que fue hallado el cadáver de un hombre carbonizado en el arroyo del Conde de Orgaz, en el barrio de Canillas. Esa persona, que aún no ha sido identificada, murió de tres cuchilladas en el cuello y también le había sido seccionado el pene. El desconocido, que únicamente conservaba tres dientes en la mandíbula inferior, tenía tatuadas en un brazo las iniciales M. R.

El 19 de marzo del año pasado, el vagabundo Jesús Heredero fue encontrado cosido a cuchilladas junto a las vías del ferrocarril que discurre por encima del Puente de los Tres Ojos, en el barrio de Vallecas. El asesino de Heredero le seccionó también las yemas de los dedos de las manos, sin que nadie haya podido precisar la finalidad de tal mutilación.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_