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Cebrián aboga por la Europa del diálogo, el laicismo y las libertades

La Europa del siglo XXI debería ser "la Europa del diálogo, frente a la de la Inquisición y el dogma; del laicismo, frente al poder clerical; de la ley como convención entre seres libres, frente a oscuras teorías naturalistas del derecho", en opinión del periodista Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo PRISA y del diario EL PAÍS. En su conferencia en el Club Siglo XXI, Cebrián recalcó ayer "el relevante papel" que España debe desempeñar en Europa.

Cebrián hizo un llamamiento a los políticos, especialmente "a los que se bautizan a sí mismos como alternativa", para que sean conscientes de que "la economía, el bienestar, la paz y el futuro de los españoles dependen de las decisiones que se toman en Europa".El ex director de EL PAÍS, que fue presentado por el ex ministro de Economía, Miguel Boyer, ligó al destino de Europa al del mundo en general y al de la Unión Soviética en particular. "Nos hemos quedado sin recetas", precisó, adivinando un futuro que parece marcado "por el decreciente poder de los aparatos estatales y la difusión y potenciación de los diferentes centros decisorios". En resumen, "menos poder para el aparato y más poder para el pueblo". Lo que en términos económicos se convierte en "más competitividad, mayor eficacia y mayor conflictualidad". Es decir, "menor igualitarismo".

Europa, en opinión del conferenciante, necesita, como ocurre con ese invento español llamado mayonesa, de "una fuerza constante que la remueva, que la agite rítmica y consuetudinariamente, para dar a la salsa el espesor y la consistencia debida. Alguien que a la vez imprima el movimiento y el orden". La corriente de fondo que impulsa en estos momentos históricos el devenir de los acontecimientos se basa en dos fuerzas: "El derrumbamiento del comunismo marxista como fórmula ofrecida a los pueblos para la solución de sus problemas y la desaparición de la URSS como gran potencia".

Advertencias

Una primera advertencia a Occidente: "El fracaso de la economía de Estado en los países del socialismo real y el de la famosa autogestión en Yugoslavia son correlativos al progresivo deterioro del principio de empresa pública y del funcionamiento del Estado del bienestar en los países occidentales".Una segunda advertencia: "La recuperación del liberalismo amenaza con reproducir algunos de los mismos vicios posteriores que justificaron el alumbramiento de las teorías marxistas y posteriormente impulsaron los fascismos de todo tipo". Y una conclusión: "Después de decenios sometidos a la bota del Estado, los ciudadanos de los países hasta hace bien poco comunistas se levantan en un acto de protesta contra todo lo que suene a aparato, burocracia e izquierda". Cebrián aprovechó su comparecencia ante el principal foro de debate español para hacer una confesión: "Aunque siempre me he mostrado más que reticente con el ingreso de España en la Alianza Atlántica, y aunque los sucesos del Este ponen de relieve la inutilidad de los bloques militares tal como estaban diseñados, creo que hoy no existe duda de que es mejor para nuestro país vivir estos acontecimientos en el seno de la OTAN -y de la Comunidad Europea- que fuera de ella".

La unificación de Alemania plantea, en opinión de Cebrián, "agudísimos problemas": su ubicación estratégica, el hecho de que la suma de las Fuerzas Armadas de las dos, Alemanias "conformarán el más potente Ejército europeo", el futuro de las tropas norteamericanas establecidas en Europa (notablemente, en la propia Alemania) y el diseño de un nuevo concepto de seguridad. Y un interrogante clave: ¿cuál será el futuro de la URSS? "¿Aceptarán pacientemente los militares soviéticos ver desmembrarse el Pacto de Varsovia y entrar a la antigua República Democrática Alemana en la OTAN?". Cebrián, al igual que el resto de los europeos, no tiene la respuesta. Afirmó, además, que "es lamentable la obsesión de la oposición y de la prensa retrofranquista por encauzar las aguas del debate nacional hacia cuestiones menores, cuando está en debate el futuro de Europa".

A la conferencia asistió una amplia representación de la política, la cultura, las artes y la economía españolas.

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