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Las elecciones municipales dan un respiro a Thatcher

Las elecciones municipales del Reino Unido se han saldado con unos complejos resultados que permiten a los principales actores cantar victoria y disimular incertidumbres. Los éxitos laboristas fuera de Londres se vieron empañados por unos paupérrimos rendimientos en la capital, donde los conservadores obtuvieron logros que brindan a Margaret Thatcher un ansiado respiro. Neil Kinnock y la primera ministra dijeron que avanzan hacia el triunfo en unas legislativas.

En juego andaban.5.200 concejalías repartidas irregularmente por todo el país, aunque el interés de esta cita electoral convertida en referéndum oficioso sobre el poll-tax, el nuevo impuesto municipal, estaba en lo ayuntamientos de Wandsworth, Westminster y Bradford, tres epítomes de la política local thatcheriana destacados por extraordinariamente cortas tasas municipales.El rápido triunfo laborista en la norteña Bradford, que goza del poll-tax más bajo de todas las áreas metropolitanas británicas, fue seguido en la madrugada de ayer por la aplastante victoria conservadora en el borough (municipio) londinense de Wandsworth, donde rige el segundo menor poll-tax del país, y ayer por la tarde, por el holgado éxito tory en controvertido Westminster

Resultado inferior

En total los laboristas obtuvieron en torno a 300 nuevas concejalías, por debajo de lo que hubiese supuesto la materialización de los sondeos de opinión, pero dentro de las perspectivas realistas marcadas por Kinnock. Los conservadores perdieron alrededor de 200.En cuanto a los municipios, a los tories se les escapó el control de 12, pero sólo dos de ellos pasaron a ser regidos por la oposición, que, en cambio, les cedió el borough londinense de Ealing, donde vive Kinnock, resultado que fue calificado de "muy chocante" por Bryan Gould, responsable laborista de política local.

Las "grandes decepciones" habidas en Londres empañaron ayer la satisfacción que Gould pretendía mostrar ante la buena cosecha producida en el resto del país, donde el laborismo se hizo presente en zonas que le estaban vedadas.

El mapa político británico ha quedado tan poco definido por estos comicios que por cada ejemplo que los conservadores esgrimían ayer para sustentar sus tesis, los laboristas replicaban con otro que las refutaba por completo, y viceversa. El mayor alivio de los tories es que la catástrofe que vaticinaban los sondeos de opinión no se ha hecho realidad y que las anunciadas reformas para hacer pasable el poll-tax antes de futuras elecciones van a poderse llevar a cabo sin una tremenda presión política. A Michael Portillo, un joven thatcheriano de 36 años, estrella emergente en el partido conservador e hijo de un exiliado republicano español, se le encargó ayer esa tarea.

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Roy Hattersley, vicelíder laborista, reconoce que a partir de ahora la cuestión del poll-tax "va a desvanecerse ligeramente" y que la batalla va a librarse en el terreno de la economía, con especial énfasis en la inflación.

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