El largo brazo de 'Artapalo'
El hombre más buscado de Francia es Francisco Múgica Garmendia, conocido también como Paco y Artapalo. La policía francesa afirma haber estado cerca de sus talones varias veces y atribuye a la mala suerte y a las precauciones extremas del presunto número uno de ETA Militar el que aún ande libre. Pero no hay motivo para tejer una leyenda sobre sus cualidades de fuguista. Philipe Bidart, el jefe de Iparretarrak (los del Norte) fue detenido por la policía francesa en el cénit de su fama de escurridizo.Roger Boslé, coordinador de todos los cuerpos de policía en el departamento de Pirineos Atlánticos con rango de subprefecto, prefiere no personalizar en Artapalo y resume su tarea en perseguir y detener a todo responsable de crímenes, cometidos en su territorio o en cualquier otro país.
ETA pisa el acelerador
Roger Boslé, que ha dirigido estos, días la operación contra ETA, que ha supuesto un duro golpe para la organización terrorista, y antes encabezó la persecución de los mercenarios de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), subraya con insistencia el buen momento de la colaboración policial entre los gobiernos de España y de Francia.
Aunque ETA pise el acelerador y haya forzado dos nuevos atentados en las últimas horas [asesinato de una pareja en el barrio viejo de San Sebastián y el lanzamiento de seis granadas contra un cuartel de la Guardia Civil en Lekuriberri (Navarra)], la impresión palpable en medios policiales franceses es que el golpe asestado con la desarticulación del comando itinerante es muy fuerte. Este grupo de activistas lega les [no fichados por la policía] actuaba en momentos clave, sin necesidad de infraestructura y sin dejar rastro. El impacto psicológico de sus actuaciones se acentuaba justo después de alguna operación policial de éxito contra la organización.
La dirección unipersonal de estos activistas por Artapalo ha abierto paso, de otro lado, a una sospecha. El comando radicado en Bayona puede haber servido en los últimos años para afianzar la posición de Francisco Múgica Garmendía, decidido a seguir a cualquier precio por el camino de los atentados, dentro de la propia organización.
La capacidad de Artapalo para ordenar y escoger el momento para actuaciones terroristas, como la voladura de la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza o el asesinato de la fiscal Carmen Tagle le otorgaba el poder de dinamitar cualquier intento de aproximación al diálogo con representantes del Gobierno español.
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