Nueva versión
Hacía muchos años que había visto esta magnífica película de Michael Cacoyannis y no quise resistir la tentación de verla de nuevo. Así que conecté el televisor y me dispuse a pasar un buen rato sin sospechar tan siquiera la gratísima sorpresa que Tele 5 me tenía preparada. Resulta que se trataba de una nueva versión en color y con montones de nuevos actores y personajes, en la que el protagonista empieza poniendo 16 válvulas en su vida y corre desespe radamente por un paisaje helado evitando las bombas que le lanza un B-52 y a lo largo de la película va cambiando sucesivamente de coches, a cual más atractivo. Otro de los actores era un espía internacional a quien un italiano rendía vasallaje a sus pies, encerraba a otro espía inglés en el garaje y zarandeaba con sus manos a un ruso para terminar largándose de pic-nic con una danesa a la que le abría una cuenta en un banco.Debía ser escultural la danesa, porque los bancos se pelea ban por conseguirla, y darle un total de 12, 13 y hasta de 14 besos y medio; y al final terminaban todos subidos en una escalera mecánica corriendo detrás de ella, sin sospechar que para conseguirla la clave estaba en el desodorante.
Luego el malo y su familia se ríen sardónicamente dándose el gustazo de limpiarse los zapatos para estar brillantes en la hora estelar, y como además el malo comía unas salchichas de pavofetén y el café de los entendidos, consigue al fin que ella pierda su ropa al salir del coche nada más oler la colonia de uno que lleva varios días en una cabaña y que no había tenido tiempo de afeitarse, para lo que en seguida le ofrecían unas magníficas máquinas que afeitaban en varios idiomas -o algo así, que esta parte de la película no la entendí bien.
El momento culminante es cuando al final, -cansado de ver esplendorosas pechugas femeninas en diferentes televisores a cual más plano, se casa con la rubia, que resulta ser muy económica y ahorrativa porque sólo bebe agua, y que, claro, como usaba una crema que la mantenía lozana hasta los 92 años, tuvieron de golpe seis bebés todos con los pañales puestos en sus culines limpios y sequitos.
Total, una experiencia fascinante; pena que en un momento determinado debió haber una interferencia porque salió una imagen en blanco y negro en la que se veía a Anthony Quinn charlando con uno que se parecía a Alan Bates, pero afortunadamente fueron sólo unos segundos.- abogado.
