El brigada Rafael Peregrín, condenado a 35 años de cárcel por violación y homicidio frustrado
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado al brigada Rafael Peregrín Alcalá a un total de 35 años de reclusión por los delitos de violación, detención ilegal, abusos deshonestos y homicidio frustrado de María de los Ángeles M. B. La sentencia, leída en audiencia pública, fue ovacionada por una treintena de mujeres de la Comisión Antiagresiones. La amante de Peregrín, Berta Puerta, prorrumpió en sollozos al conocer el fallo.
La sentencia, de 26 folios, detalla los hechos declarados probados, que coinciden en gran medida con el testimonio de la víctima y el relato de la fiscal y las acusaciones particular y popular. Se declara probado el conocimiento casual del brigada con la joven cuando ésta repartía propaganda, la invitación al pub Latigazo para ofrecerle "un trabajo excelentemente retribuido", y la violación de María de los Angeles en el interior del R-21 de Peregrín, aparcado en un descampado."La muchacha grita, pero no es escuchada por nadie", relata la sentencia. "En el curso del forcejeo es golpeada y unas gotas de sangre manchan su camisa, desabrochada a medias. Sin que llegue a perder la conciencia, es definitivamente apresada por Rafael Peregrín, que a la fuerza la introduce en la parte trasera del coche".
"Golpeándola con reiteración", sigue el relato, "la desnuda atropelladamente. Exhibe su miembro viril y exige que le masturbe. Ella se niega, recibiendo nuevos golpes e insultos. El le introduce primeramente los dedos en la vagina para, a continuación, penetrarla con su pene, sin llegar a eyacular, introduciendo un dedo en el ano de ella". Por estos hechos, que constituyen un delito de violación con la agravante de despoblado, el tribunal ha impuesto 15 años de cárcel.
La sentencia también considera probado que, tras la violación, Peregrín introdujo a la muchacha en el maletero del R-21, y se trasladó hasta una gasolinera, donde un empleado oyó los gritos de auxilio de la joven. En el camino a la gasolinera, el brigada paró dos veces el coche, "ocasiones que aprovecha para golpearla, increparla e introducirle los dedos en la vagina". Esta secuencia constituye para los magistrados un delito de detención ilegal y otro de abusos deshonestos. Por el primero, el tribunal impone a Peregrín ocho años de prisión y otros dos años por el segundo.
Homicidio frustrado
Tras el incidente de la gasolinera, Peregrín subió a la joven al asiento delantero, arrancó y, "tras una progresiva aceleración, abre la puerta derecha y la arroja a la calzada con el propósito de causarle la muerte". Posteriormente, la joven fue atropellada por otro vehículo, que le causó un grave desgarrón en la zona anal.
El tribunal no ha aceptado que esta descripción de los hechos constituya un asesinato frustrado, porque no cabe apreciar ni premeditación ni alevosía. Entiende que Peregrín buscó una "salida favorable" a la situación que había creado, pero la decisión de causar la muerte a María de los Ángeles la adopta "en un momento muy próximo a su ejecución".
No se aprecia la alevosía "por cuanto el hecho de arrojar a una persona a la calzada, si bien es medio suficiente e idóneo para causar la muerte, no puede decirse que la asegure especialmente". En consecuencia, la sala condena a Peregrín por homicidio frustrado, con la agravante de abuso de superioridad, a 10 años de prisión.
Peregrín deberá indemnizar a su víctima con 6,155 millones de pesetas por las lesiones y demás secuelas. El tribunal ordena además deducir testimonio de las denuncias de violación y malos tratos que la ex mujer de Peregrín, María Rosa Rivas, presentó en el juicio y remitirlo al juzgado, "para su persecución, si hubiere lugar".
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