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Cortina defiende el reparto patrimonial firmado en julio en respuesta a la demanda de Alicia Koplowitz

Alberto Cortina hará valer el acuerdo transaccional firmado con Alicia Koplowitz el pasado mes de julio en su respuesta a la demanda de separación conyugal presentada a finales de febrero por esta última. El acuerdo transaccional contempla el reparto patrimonial derivado de la separación matrimonial y fija en 5.300 millones de pesetas el valor de las participaciones; de Alberto Cortina en el grupo Construcciones y Contratas (Grucycsa), por lo que constituye el único marco de referencia viable para el acuerdo definitivo entre los representantes de la propiedad de Grucycsa. Mañana, jueves, vence el plazo legal para que Cortina responda a la demanda.

Esta semana tiene carácter definitivo en el contencioso que mantienen Alicia y Esther Koplowitz con sus respectivos maridos, Alberto Cortina y Alberto Alcocer. La demanda de separación presentada por la presidenta de Construcciones y Contratas, y que obra en poder del Juzgado número 28 de Primera Instancia y de Familia de b4adrid, ha supuesto un giro rotundo en las negociaciones que han mantenido los representantes legales de las dos partes con vistas a la materialización del convenio rubricado en julio.La actitud de Alicia Koplowitz, rodeada de un notable equipo de juristas, puede derivar en un pleito irreversible ante los tribunales que, con independencia de su desarrollo posterior, podría implicar graves consecuencias para el futuro corporativo del holding estructurado en torno a Construcciones y Contratas.

Ante esta situación, el principal objetivo ahora consiste en evitar que Alberto Cortina se vea obligado a responder a la demanda ante el juzgado, lo que exige necesariamente un acuerdo inmediato con su mujer, al que automáticamente pueden sumarse Alberto Alcocer y Esther Koplowitz.

En el supuesto de que las negociaciones que se mantienen desde hace meses prosperasen en las próximas horas, el destino de los Albertos se situaría en torno al Banco Zaragozano y Cofir, estableciendo, en todo caso, pactos de sindicación que garantizasen la integración del grupo tal y como hoy está constituido. No obstante, uno de los principales obstáculos que los propietarios del grupo Construcciones y Contratas encuentran a la hora de dirimir sus diferencias con un mutuo acuerdo radica precisamente en el ambiente externo que desde hace meses está afectando las relaciones entre los Albertos y las hermanas Koplowitz.

Un "nuevo infundio"

El último capítulo de este proceso ha sido el intento de vincular a Alberto Alcocer y Alberto Cortina con Juan Guerra, hermano del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra. El sujeto pasivo utilizado en esta ocasión ha sido Focsa, empresa integrada en el grupo Construcciones y Contratas, que negoció a rnediados de 1984 la compra de la central lechera Cunia, presuntamente ligada a intereses del PSOE en Andalucía.Fuentes de Focsa han salido al paso de cualquier conjetura señalando que la operación en cuestión fue acordada a la vista del perfil que ofrecía Cunia dentro de los planes de diversificación de la constructora en el sector alimentario. La central lechera disponía del monopolio efectivo en el segmento de leche pasterizada dentro de Sevilla, Huelva y otras localidades colindantes. Sin embargo, el tratado de adhesión a la CE supuso la liberalización automática de este mercado, frenando en seco el atractivo de Cunia, que finalmente fue transferida a Uniasa (Puleva) en 1988.

La compra de Cunia ha sido considerada como el supuesto favor que los Albertos hicieron al partido en el poder, ya que la central lechera tenía unas deudas de 1.800 millones de pesetas. Los citados medios de Focsa han reconocido la existencia del pasivo acumulado en Cunia, si bien también añaden que la central lechera fue sometida a un proceso de saneamiento interno que permitió equilibrar el balance antes de que Focsa materializase la adquisición. En cualquier caso, con independencia de los detalles de la compra, la operación nunca fue dirigida por los Albertos, entre otras razones, según matiza Alberto Aleocer, "porque entoncés nosotros no controlábamos desde un punto de vista patrimonial la gestión de Focsa": "Es más, Construcciones y Contratas nunca ha dirigido la línea ejecutiva de sus empresas participadas que cuentan con plena autonomía de gestión", ha señalado Aleocer, para quien la presunta vinculación con Juan Guerra, "al que ni siquiera conozco, es un nuevo infundio que exige una clarificación inmediata. Por ello, htmos puesto el caso en manos de nuestros abogados, reservándonos las acciones legales que pudieran corresponder".

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