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UNA NUEVA EUROPA

Miles de rumanos tratan de entrar en Austria

Unos 35.000 rumanos cruzaron ayer apresuradamente Hungría en un desesperado intento de entrar en Austria antes de las cero horas de hoy, cuando se hacía efectiva la obligatoriedad de visado. Los refugiados se han movilizado desde Rumanía, vía Hungría, en sus propios automóviles, haciendo autoestop o en bicicleta, después de enterarse por las televisiones húngara y rumana de que el Gobierno de Viena exigirá a partir de hoy un visado de entrada.

Al menos 5.000 lograron atravesar la frontera en la noche del martes al miércoles, lo que llevó al Ministerio del Interior austriaco a emitir una orden del día exigiendo, desde la mañana de ayer, el equivalente a unas 50.000 pesetas en moneda fuerte a cada rumano que quiera entrar en esta República alpina. Una cantidad de rumanos aún no determinada fue devuelta a Hungría por no tener el dinero exigido.Según informaba la gendarmería de Eisenstadt, a las seis de la tarde se percibía "la tranquilidad antes de la tormenta". Fuentes cercanas al Ministerio del Interior indicaron que se esperaba que durante la noche los refugiados atravesasen ilegalmente la frontera verde que separa a Hungría de Austria, utilizando la misma ruta que los alemanes orientales en agosto del año pasado.

El canciller federal austriaco Franz Vranitzky, declaró después de una reunión de emergencia del Gabinete que el Gobierno "mantendrá la obligación de visado para los rumanos" y advirtió que "los puestos limítrofes y la zona fronteriza entre Austria y Hungría será fortalecida por personal policial y de gendarmería". Agregó que a los rumanos "no se les puede considerar refugiados políticos, ya que no son perseguidos, son emigrantes que buscan una mejora económica".

Críticas de los 'verdes'

La decisión del ministro del Interior, Franz Löschnak, de pedir visados a los refugiados fue criticada por el líder del Partido Verde, Peter Tilz, quien dijo que eso era "una invitación a los representantes del caído régimen de Ceaucescu, que son los únicos que podrían tener esa cantidad de dinero" y calificó la política de asilo austriaca como "una política de telón de acero". La sesión ordinaria del Parlamento en Viena tuvo que ser interrumpida al mediodía cuando, desde la galería, activistas políticos protestaron lanzando panfletos en contra de la decisión del Ministerio del Interior, donde se decía: "¡Voten por los derechos humanos! ¡No aplasten a los cadáveres!".

El número cada vez mayor de refugiados que llegan a Austria es consecuencia de los cambios en los países del Este. Austria, que se autodenomina como país de refugio, está "al borde de su capacidad", según las autoridades del Ministerio del Interior. El número de refugiados que ha pedido asilo desde enero pasado es de 25.400, de los que 15.000 son rumanos. Están distribuidos en seis campamentos, y el más grande de ellos, Traiskirchen, tiene capacidad para 1.500 personas y hay 3.000.

En esa localidad cercana a Viena se organizó un bloqueo durante la tarde de ayer para evitar la entrada de más rumanos al campamento.

Han seguido el ejemplo del pequeño pueblo de Kaisersteinbruch, de 200 habitantes, que rechazó la decisión gubernamental de instalar en unas barracas militares a 800 refugiados rumanos. La gente de Kaisersteinbruch bloqueó la carretera de acceso al pueblo hasta que el Gobierno desistió de la idea y, el resultado de la negociación fue que en el pueblo sólo se aceptó a 20 refugiados rumanos. Según el pueblo, "el máximo aceptable" de extranjeros.

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