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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Posos de la memoria

De vez en cuando, un suceso actual remueve los posos de la memoria. Eso me ha ocurrido recientemente con motivo de la publicación de una sonada sentencia.Más o menos, en el año 1960 estaba yo de juez de Primera Instancia e Instrucción en mi primer destino, en un pueblo encantador de lo que hoy se llama Comunidad de Castiíla y León. Y un día se presentó allí, el fiscal Jefe de una audiencia territorial, ya fallecido. Estuve con él varias horas y, entre otras muchas cosas, me contó lo siguiente: hacia el año 1940, en una de las audiencias territoriales más importantes de España, se hallaba destinado un magistrado ya de edad que desempeñaba su trabajo con toda normalidad y acierto. Este señor enferma gravemente y solicita del presidente de la audiencia que acuda a su domicilio y, con gran sorpresa, escucha del enfermo que quería descargar su conciencia y decirle, antes de morir, que no era magistrado, que en los últimos años del siglo pasado se hallaba en Cuba, y había conocido a un joven juez que falleció con motivo de la guerra, y, como sabía que no tenía familia ni amigos en la Península, se apoderó de su documentación, hizo lo oportuno para que :apareciera él como fallecido y, en definitiva, suplantó la personalidad del juez y regresó a España con tal condición, y ya aquí, durante más de 40 años, ejerció dicha función.

Al oír lo anterior, el presidente quedó estupefacto y, por fin, una vez que falleció, casi inmediatamente, el autor de tan fantástico relato se vino a Madrid y, con total discreción, expuso lo anterior a las más altas autoridades de la Administración de Justicia, que quedaron sumidas en la más absoluta consternación. Y después del oportuno cambio de impresiones llamaron al confundido presidente y le dijeron: "Regrese usted a su destino y no se le ocurra hablar de este asunto con nadie, pues dése cuenta que todas las sentencias, resoluciones y, en definitiva, actos judiciales en los que, durante años y años, haya intervenido este señor, son nulos de pleno derecho".

Éstos son los recuerdos que me ha traído la lectura de la noticia (le la publicación de la última sentencia en el caso Grimau.- Magistrado en excedencia y consejero de RTVE.

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