Carlos Andrés Pérez convenció al presidente de la República Dominicana para que no entregara a cinco 'etarras'

Carlos Andrés Pérez, el presidente de Venezuela, al que ahora visita Felipe González, adquirió protagonismo hace nueve meses cuando declaró que era algo "exagerado" considerar terroristas a los 11 miembros de ETA que acababa de acoger. Pero el primer mandatario venezolano hizo por aquellas fechas algo más perjudicial para los intereses del Gobierno español que no trascendió a la Prensa: convenció a su homólogo dominicano, Joaquín Balaguer, de que no expulsase a España a los cinco etarras exiliados en la isla caribeña.Preguntado ayer, sábado, en el curso de una conferencia conjunta con Felipe González, sobre su actitud, Carlos Andrés Pérez aseguró "desconocer las razones que tuvo el presidente Balaguer para tomar aquella decisión", pero otras fuentes venezolanas y españolas que han tenido relación con el tema afirman que el jefe de Estado venezolano jugó un papel clave en el cambio de opinión del presidente dominicano.

Balaguer recibió a finales de mayo de 1989 en Santo Domingo al secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, y a su colaborador el comisario Manuel Ballesteros, y se comprometió ante sus huéspedes a entregar a España al responsable etarra Antxon Etxebeste, a Ángel Iturbe Abasolo, hermano del dirigente histórico Txornin Iturbe, fallecido en extrañas circunstancias en Argelia, y a los tres ex miembros del comando Madrid Ignacio Aracama Mendía, Belén González Peñalva y Juan Manuel Soares Gamboa.

Un alto precio

Para conseguir esta quíntuple expulsión sin pasar por el trámite de la extradición, España tenía que pagar un alto precio: acabar de conseguir el ingreso de la República Dominicana en los llamados ACP (Africa-Caribe-Pacífico), el grupo de países del Tercer Mundo que recibe más ayuda al desarrollo de la Comunidad Europea (CE). Este ingreso se produjo el pasado diciembre.La única indicación pública del compromiso adquirido por Balaguer con Vera fue brindada a finales del verano por el vicecanciller dominicano, Fabio Herrera Cabral, que afirmó en sustancia a la agencia France Presse que si España deseaba encarcelar a los etarras no era necesaria su extradición y bastaba con que mandase un avión a buscarles a Santo Domingo.

Carlos Andrés Pérez ya había empezado por entonces su labor disuasoria con Balaguer, al que llamó varias veces por teléfono para convencerle de que deshiciese su acuerdo verbal.

Es de suponer, sin embargo, que el primer mandatario venezolano intentó ante todo que no se crease un precedente en la República Dominicana que permitiese al Gobierno español presionarle para obtener también la expulsión hacia España de los 11 miembros de ETA que entonces albergaba y que ahora son ya 14. Tal petición le hubiese puesto acaso en un aprieto ante los 30.000 miembros de la influyente colonia vasca asentada en Venezuela.

Marcha atrás

Balaguer dio por fin públicamente marcha atrás el 17 de noviembre, cuando declaró: "Nosotros no entregamos a refugiados políticos".El Ministerio español de Justicia solicitó a finales del otoño la de González Penalva, Soares Gamboa y Aracama Mendía. Su pesimismo, no obstante, tiene fundamentos, porque el vicecanciller dominicano dice ahora que es mejor que una decisión al respecto sea tomada por el nuevo Gobierno dominicano, que tomará posesión en agosto.