El Toyota de Sainz no soporta el ritmo de los Lancia en el Rally de Portugal

ENVIADO ESPECIAL, La firma Lancia, ganadora de los tres últimos Mundiales de rallies, copó ayer los cinco primeros puestos del Rally de Portugal, segunda prueba puntuable para el campeonato del mundo. El italiano Massimo Biasion (Lancia Delta Integrale de 16 válvulas) logró su tercera victoria consecutiva en la prueba portuguesa, mientras el español Carlos Sainz (Toyota Celica Turbo) abandonó en la mañana de ayer al romperse de forma definitiva la transmisión de su vehículo. El francés Didier Auriol (Lancia) es el líder del Mundial.

"Salimos convencidos de que todo estaba solucionado y, cuando llevábamos un kilómetro de la cronometrada, !catacrac!, oímos un estallido y nos quedamos sin transmisión", relataba ayer Sairiz, mientras ojeaba atónito la clasificación provisional del rally donde cinco Lancias copaban los primeros puestos. El sueco Ove Andersson, director del Toyota Team Europe, aseguró: "Lo que nos ha pasado en este rally no nos había sucedido en la vida; hemos roto dos cosas que no se habían estropeado jamás".Escaso consuelo para Sainz, que de nuevo ayer tuvo que echar mano de la mala suerte para explicar su situación. "La gente puede pensar lo que quiera, pero los aficionados saben que las carreras son así; no puedo decir otra cosa, he subido al podio en los últimos cuatro rallies del Mundial que he disputado y, por tanto, he de pensar que estamos en el buen camino. El viernes tuvimos una misteriosa avería y hoy (por ayer) se ha roto una pieza considerada hasta ahora como irrompible. Hemos roto lo que no se rompe en la vida".

Sainz se quedó el viernes sin tracción delante, y ayer, sin tracción detrás. Se pasaron todo el viernes persiguiendo la avería, y sólo ayer por la mañana pudieron descubrirla. Se trataba de la bomba que suministra presión a los dos ejes, pero como es la misma que da presión a la dirección asistida, y ésta funcionaba, se pasaron la jornada cambiando otras cosas.

"Nos volvimos locos. Se trata de una bomba que tiene doble circuito y creíamos imposible que funcionase el que abastece a la servodirección y fallase el de la tracción", explica Sainz. Así que, antes de cambiar esa bomba, cambiaron un millón y medio de cosas: la caja que regula la presión de esa bomba con la que se distribuye la tracción entre los dos ejes; el chip que la gobierna; el filtro del circuito hidráulico creyendo que estaba obstruído; otra bomba pequeñita que va en la caja de cambio... Nada dio resultado.

¡Catacrac!

La etapa de ayer empezó a las cuatro de la madrugada y, visto el escaso éxito de tanta prueba, Andersson decidió cambiar la dichosa bomba sin estar demasiado convencido. Y acertó. Sainz y Luis Moya, su inseparable copiloto, iniciaron la especial con la idea de mantener el segundo puesto y soportar el acoso de Auriol, que se encontraba entonces a sólo cinco segundos. Llevaba Moya 60 segundos cantando cuando de pronto se oyó !catacrac! Se había roto la transmisión y el eje trasero -el único que había funcionado el viernes- perdió tracción."Para completar la desgracia", explicó Sainz, "la avería se produjo en el primer kilómetro de la primera cronometrada en una jornada en la que únicamente teníamos ocho minutos entre tramo y tramo para revisar el coche. Quisimos terminar, fuera como fuera, para arañar algún punto de cara al Mundial, pero sólo pudimos completar cuatro tramos más".El Toyota de Sainz fue el último de los coches oficiales japoneses en morir a manos de los Lancia. Hannu Mikkola (Mazda 323) fue el único japonés que acabó.

General: 1, Biasion-Siviero (Lancia), 6 horas 17 minutos 57 segundos; 2, Auriol-Ocelli (Lancia), a 2.36 minutos; 3, Kankkunen-Piironen (Lancia), a 5.11; 4, Cerrato-Cerri (Lancia), a 16.26; 5, Bica-Prata (Lancia), a 27.27; y 6, MikkolaHertz (Mazda 323), a 30.24.

General del Mundial: 1, Auriol, 35 puntos; 2, Biasion, 32; 3, Cerrato, 20; 4, Sainz, 15.