La dirección del PSOE pasa a la ofensiva y considera el 'caso Guerra' un ataque al partido
La dirección del PSOE ha pasado a la ofensiva en la vida política una vez que cree superado en parte el desconcierto tras las elecciones, a lo que se une la fuerte oposición del Partido Popular e Izquierda Unida y el escándalo por el caso Guerra. La decisión de pactar con otros partidos y de llevar a los tribunales a los medios de comunicación que a su juicio les injurien se inscribe en una estrategia que nació el 1 de febrero y que ayer se convirtió en doctrina para toda la organización, transmitida en un número de El Socialista.
El aparato del PSOE se ha. puesto a funcionar a toda máquina para hacer frente a lo que creen un ataque desde diferentes ámbitos, sin especificar claramente la identidad, e incluso entre los sectores o personas menos afectos al vicepresidente Alfonso Guerra, no existe la menor intención de establecer movimientos que puedan perjudicar a Guerra una vez que el secretario general, Felipe González, le ha mostrado su apoyo.Dentro de la estrategia establecida no entra todavía si el presidente del Gobierno, Felipe González, deberá comparecer o no en el Congreso, como ayer solicitó Izquierda Unida y que anteriormente lo hicieron distintos partidos del Grupo Mixto.
Ambas peticiones coinciden en pedir la comparecencia de González para que explique su opinión sobre el caso del hermano del vicepresidente. Lo cierto es que los trámites reglamentarios son impecables y que no hay precedentes en casos similares en los que el Gobierno se haya negado a comparecer. La decisión política se apreciará el próximo martes cuando en la reunión de la Junta de Portavoces los representantes socialistas den o no el visto bueno a esta comparecencia.
Petición de comparecencia
El portavoz de Izquierda Unida, Nicolás Sartorius, en el escrito de petición que ayer entregó en el Congreso, alude a las declaraciones de González "de solidaridad con el vicepresidente hasta el extremo de identificar la suerte política del Gobierno y de su presidente a la dimisión o no de aquél". Asimismo, Sartorius incluye en los motivos de esta comparecencia "la interposición de querellas criminales contra medios de comunicación que podrían interpretarse como un intento de disuadir a estos medios para que no realicen una labor de información sobre casos de corrupción".Representantes socialistas dijeron ayer que todavía no había una decisión sobre la comparecencia del presidente "aunque deseos de hablar no le faltan", aseguraron.
Distintos interlocutores socialistas consultados, pertenecientes a la ejecutiva y a federaciones regionales, hacen un ejercicio de abstracción sobre el caso Guerra de manera que sin ocultar su animadversión hacia Juan Guerra exculpan de cualquier responsabilidad al vicepresidente.
Entre los sectores menos afectos al vicesecretario general no se encuentran indicios del menor movimiento para aprovechar esta situación en detrimento del poder de Alfonso Guerra y lo explican por el hecho de que el secretario general, Felipe González, ha salido con vehemencia a defender a su número dos.
Un ejemplar del órgano de Prensa del PSOE El socialista fue distribuido ayer entre todos los militantes de España y descansaba en los casilleros de todos los diputados y senadores del PSOE.
Dirigentes socialistas indicaron que este ejemplar puede considerarse como "una circular" del partido sobre la doctrina en relación con el caso Guerra, que ha pasado a convertirse para esa fuerza política de forma oficial como un ataque a la organización con numerosas referencias "a otros momentos" difíciles en la vida de esta fuerza política e incluso se remontan a "Pablo Iglesias y Largo Caballero".
El secretario de organización del PSOE escribe un largo artículo en el que cita "a aquellos que consideran los triunfos electorales del PSOE como una usurpación del poder detentado durante este siglo por la derecha más recalcitrante". Estos sectores "han creído encontrar su piedra filosofal en el ataque al PSOE a través de la descalificación y la difamación vertida sobre sus principales dirigentes y aquí coinciden de nuevo las tácticas de la derecha con viejas estrategias de la tercera internacional".
En el mismo número escribe José Félix Tezanos, de la ejecutiva del PSOE, un artículo que titula "Infamias, ¿para qué? ', , y se recoge la intervención de Alfonso Guerra en el Congreso destacando frases como ésta: "Tengo el orgullo de pertenecer a un partido que combate la corrupción". Asimismo, también se recogen otras palabras de Felipe González que titulan: "No me quebrarán moralmente".
El número se completa con la intervención en el Congreso del presidente del grupo socialista, Eduardo Martín Toval, y también en este caso se destacan frases muy destinadas a la militancia: "Vamos a defender el honor y la integridad de los socialistas con toda la fuerza de un partido orgulloso de su historia y su presente".
Asimismo se incluye una información titulada: "La ley de penalización del tráfico de influencias entrará en vigor en mayo" con una foto del diputado que defendió esta propuesta en el Congreso, Angel Luna.
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