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Iberia rechaza ante notario las acusaciones sobre órdenes de última hora para cambiar la decisión de renovar la flota

Todos los miembros del comité ejecutivo de Iberia, encabezados por su presidente, Narcís Andreu, así como los responsables de Desarrollo Técnico y de Planificación de la empresa del INI presentaron ayer respectivas actas notariales en las que rechazan categóricamente que hubieran existido órdenes de última hora para cambiar la decisión sobre renovación de flota realizada en diciembre de 1987, que se decantó finalmente por el modelo MD-87 de la compañía McDonnell Douglas.

Narcís Andreu puso especial hincapié en que todos los miembros del denominado Comité Ejecutivo de Dirección (CED) de Iberia han salido al paso de las acusaciones recibidas, en virtud de las cuales el presidente de la compañía ordenó modificar la recomendación favorable a la adquisición de aviones B-737 por otra favorable a la compra del MD-87, que fue el que finalmente resultó adjudicatario del contrato. No obstante, Andreu señaló que existía un antiguo directivo que no había podido ser localizado para que asistiera al notario, precisando más adelante que dicho ejecutivo era el antiguo responsable de las relaciones externas de la compañía, Carlos Díaz Guell.Por su parte, el Ministerio de Industria difundió ayer una nota pública en la que señala que la empresa McDonnell Douglas ha manifestado al Instituto Nacional de Industria (INI) que "no ha pagado ni se ha comprometido a pagar comisiones a personas o entidades pertenecientes al grupo INI, al Gobierno español, ni a ningún partido político". En la citada comunicación de la empresa americana se desmiente también que "hayan sido pagadas o comprometidas comisiones a la empresa United American Services, al señor Franklin o al señor Pinedo o personas introducidas por el señor Franklin". Tanto Franklin como Pinedo aparecen como accionistas de la empresa United American Services.

La sustitución real de los DC-9 por parte de los MD-87, lleva ya varios meses de retraso, ya que el primer aparato debería haber sido entregado el pasado mes de octubre, y la última fecha que se ha dado para el mismo es el 26 de marzo. Este retraso está contemplado en el contrato cerrado en diciembre de 19877 y en él se establece la penalización a la que se someterá McDonnell por cada día de retraso. Al parecer, la compañía norteamericana pierde una importante cantidad de dinero en cada uno de los aparatos vendidos a Iberia, lo que podría estar incidiendo en el plazo de entrega de los mismos. La compañía Iberia, mientras tanto, aunque ya ha vendido algunos de los DC-9 a sustituir, los mantiene en régimen de leasing con sus propietarios actuales hasta que reciba los MD87.

En otro orden de cosas, la compañía de bandera española estudia en estos momentos una segunda renovación de su flota, en este caso del segmento de 180 a 200 plazas, para la que cuenta con dos ofertas, el B-757 de Boeing y el A-321 del consorcio Airbus, del que ya se ha comprometido el pasado verano a adquirir 8 unidades. Quedan ahora por decidir otras 16 unidades.

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