La nueva empresa del Parque de Atracciones quiere ampliar el recinto y las instalaciones
El Ayuntamiento estudia actualmente el proyecto de ampliación del Parque de Atracciones presentado por los nuevos propietarios, que adquirieron la concesión de las instalaciones el año pasado. El proyecto supone incrementar el número de instalaciones, la construcción de aparcamientos vigilados y de accesos directos al recinto, así como la anexión de un terreno cercano al actual perímetro del parque.
En marzo de 1989, L-T Grupo y la Corporación Financiera Cajamadrid compraron a Hispamer los derechos de explotación del parque por 1.100 millones de pesetas. Juan Torres, presidente de la sociedad, afirmó que el proyecto no trata de robar hectáreas a la Casa de Campo, sino de recuperar los terrenos cercanos al parque, que han sufrido una terrible degradación a causa de los miles de vehículos que aparcan en cualquier parte. Según el proyecto presentado, los terrenos cercanos se convertirán en aparcamientos vigilados, y se ha pedido construir dos vías de acceso directo al parque desde la carretera de Extremadura, para evitar el paso del tráfico por la Casa de Campo. En 1989 el parque fue visitado por casi tres millones de personas.El proyecto contempla también anexionar al parque un terreno adyacente para crear un recorrido ecológico, una nueva atracción que consistiría en la creación de un recinto repoblado con distintas especies de árboles, zonas ajardinadas, y con representaciones de personajes y situaciones de los cuentos populares madrileños. Entre las nuevas atracciones previstas figuran varias de un marcado carácter lúdico y educativo, como la visita al interior del cuerpo humano.
Carlos Martínez Serrano, concejal de Régimen Interior y Personal, aseguró que, en principio, el proyecto se ve con buenos ojos en la Casa de la Villa. "Hay algunos puntos concretos que tendremos que aclarar, como el del aparcamiento más importante, con capacidad para 2.000 vehículos, cerca de la estación de metro de Batán, que queremos que los días laborales funcione también como aparcamiento disuasorio, pero supongo que llegaremos a un acuerdo".
Martínez Serrano añadió que, como contrapartida a la inversión económica, la empresa concesionaria ha pedido que el plazo de explotación, que acaba en el 2002, se amplíe al 2012.
Los concesionarios actuales de puestos de bebidas y otros que hay en el parque han protestado a la dirección, que no contempla su continuidad, y han pedido un plazo de dos años para poder desmantelar sus negocios.
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