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LAS EXPLICACIONES DEL VICEPRESIDENTE

Los dirigentes políticos de la oposición critican el estilo y forma con que Guerra planteó el debate

Los dirigentes de los partidos políticos de la oposición coincidieron en criticar con dureza la forma en que el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, planteó el debate sobre su presunta responsabilidad en las actividades comerciales realizadas por su hermano Juan Guerra durante los años en que éste utilizó un despacho oricial en la Delegación del Gobierno en Andalucía. El vicepresidente del PP, José María Aznar, recomendó al jefe del Ejecutivo, Felipe González, que "tome nota" de lo que había sucedido durante la sesión de ayer. Aznar anunció un endurecimiento de la vida política tras lo ocurrido ayer, y caliricó de "espectáculo penoso" la intervención de ayer del vicepresidente del Ejecutivo en el Congreso de los Diputados.

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Visiblemente enojado, José María Aznar afirmó tras el debate que el vicesecretario general del PSOE había intentado colocar "un ventilador cerca de la porquería para intentar salpicar a todo el mundo". "El vicepresidente ha dado la única explicación que no debía dar", dijo Aznar, para quien "sigue en pie" la petición de dimisión contra el vicepresidente del Ejecutivo.Aznar señaló que ya en semanas anteriores se habló de "veladas amenazas" contra personalidades políticas, pero que, después de escuchar a Guerra, se ha percatado de que se trata de amenazas "contra algunos sectores, "como los medios de comunicación". También después del debate, y en los pasillos del Congreso, el presidente del Ejecutivo estaba anunciando en esos momentos una más enérgica respuesta, tanto por parte de los dirigentes del PSOE como por los miembros del Gobierno, ante acusaciones que sean infundadas.

Tras la sesión de ayer, en medios del Partido Popular se aseguraba que esta organización ha perdido la confianza en el PSOE como interlocutor en negociaciones de trascendencia política, como las iniciadas a comienzos de este año con representantes del Gobierno y del Grupo Parlamentario Socialista, tras la intervención de Alfonso Guerra en el debate parlamentario de ayer. José María Aznar sentenció que Felipe González debe ser consciente de la magnitud del error que supone el estilo y el contenido de la intervención de Guerra, al haber utilizado, en su opinión, datos y argumentos ignominiosos.

El líder del PP, citado por Guerra como destinatario de cartas en las que se le solicitaba la recomendación para que colocara en algún puesto administrativo de la Junta de Castilla y León a una secretaria, manifestó que las acusaciones de Guerra podían provocar en él desprecio o risa, pero lo que en realidad le suscitaron fue "pena". Aznar aseguró que "la decisión del Partido Popular de pedir la dimisión del vicepresidente del Gobierno es mucho más firme tras el lamentable espectáculo ofrecido" por Guerra en el Congreso.

Político tercermundista

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Para Rodrigo Rato, portavoz del Grupo Popular, Alfonso Guerra demostró ayer "ser un político tercermundista". "Pretende meternos a todos en el mismo saco. Como eso es falso, ha venido a hacer un fraude. No podemos admitirlo", comentó. Rato, en referencia a las alusiones sobre sus negocios familiares hechas por Alfonso Guerra, quiso recordar esos negocios son los mismos desde 1947, por lo que no desea que se le compare cuando se habla de las actividades comerciales que ha podido desarrollar Juan Guerra mientras ocupó un despacho oficial en la delegación del Gobierno en Andalucía.

Por su parte, el presidente nacional del Centro Democrático y Social, Adolfo Suárez, comentó tras el pleno del Congreso que Guerra "podía haber sido más riguroso" y que debía haber evitado "algunas descalificaciones". No obstante, Suárez señaló que no le queda más remedio que creer en las palabras de Alfonso Guerra, ya que no disponía de pruebas que pudieran desmentirle. Suárez consideró muy beneficiosa la celebración de debate parlamentarios como el de ayer y resaltó que lo más útil de una discusión política como la mantenida es llenar las lagunas legales para que en el futuro no pueda haber tráfico de influencias impunes por la carencia de un delito específico al respecto.

Julio Anguita, líder de Izquierda Unida, hizo hincapié en que Alfonso Guerra no había respondido a las cuestiones que "de forma absolutamente rigurosa" había planteado Nicolás Sartorius, portavoz del grupo de Izquierda Unida.

Por su parte, Alejandro Rojas Marcos, del Partido Andalucista, señaló: "Si el presidente del Gobierno encubre la corrupción política en que pueda estar implicado el vicepresidente, González deberá dimitir". Para Rojas Marcos, el debate sobre el caso Juan Guerra "restará mucha credibilidad al PSOE" ante las próximas elecciones autonómicas. En opinión de Joseba Azkárraga (EA) Alfonso Guerra debía haber sido cesado "hoy mismo" por el jefe del Ejecutivo.

Miquel Roca, portavoz del Grupo Parlamentario Catalán comentó: "Dudo de que el debate haya servido para tranquilizar a la opinión pública".

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