'La soga'

22.30 - TVE-1 (80 minutos).Es obligatorio empezar por lo primero con que siempre se empieza al hablar de La soga: en un alarde técnico, un arrebato de rupturista o un ataque de locura, Hitchcock la rodó en un solo plano -disimulando los cambios de rollo a través de tomas de objetos- y, por tanto, en la misma duración temporal de su acción. También el espacio es, como en Náufragos, único y claustrofóbico. Delicias de vanguardista que rasgan la piel de un cineasta tomado por clásico. En realidad, Hitchcok fue y es uno de los talentos más vanguardistas, expresionistas y experimentales que ha dado el cine. Supo ocultarlo muy bien bajo el sayo de relatos más o menos tradicionales y la adscripción ciega al star system.

Otro sambenito que pende sobre el filme es el calificativo de menor. Lo es si nuestra medición pasa por los cielos de Vértigo o La ventana indiscreta. Pero La soga, en sí misma, es excelente. Contiene las argucias temáticas propias del maestro y su característico fino humor, verbigracia la cena sobre el cadáver oculto, una idea tan maliciosa como la de El extraño viaje, y aquel vinito con tanto cuerpo, concretamente el cuerpo de un muerto. La soga no se estrenó en nuestros cines hasta casi 40 años después de su realización por una casta alusión homosexual. Asimismo, hoy se exhibe por primera vez en televisión.-