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Televisión Española repone 'Retorno a Brideshead'

El impecable estilo británico, al servicio de una serie que hizo época en la década de los ochenta

La década televisiva que ha concluido hace sus balances e intenta resumir lo que destacó y acaso sirvió para definirla. Un semanario norteamericano daba su dictamen recientemente. Entre títulos de propia cosecha, como Cheers, Dallas, La hora de Bill Cosby o Canción triste de Hill Street, sólo una producción extranjera figuraba en la lista de los 20 mejores programas: Retorno a Brideshead, que TVE-2 repone a partir de esta noche. El periodista resumía el fenómeno: "¿Quién hubiera adivinado que este drama británico acerca de dos jóvenes de Oxford que podían ser amantes se iba a convertir en un clásico de culto y uno de los programas con más éxito nunca antes hechos por la televisión pública?".

El éxito, por lugar común que pueda parecer, sorprendió también a la compañía Granada Television, que ya tenía en preproducción La joya de la corona cuando estrenó, el 12 de octubre de 1981, en la televisión independiente, el primer episodio de dos horas de Retorno a Brideshead. Aquella aventura que le costó a Granada unos 1.300 millones de pesetas y nueve años de preparación desde que la compañía consiguió los derechos de la novela de Evelyn Waugh, toma hoy, en tiempos de la desregulación y la multiplicación de canales que se debate en el Reino Unido (antes la televisión independiente no tenía que competir con nadie por la publicidad, razón por la que, paradójicamente, disponía de mayor libertad artística), caracteres de hallazgo irrepetible.Los británicos hicieron lo que se esperaba de ellos y lo que sólo ellos pueden llevar a buen término: ese drama sin costuras que fluye virtuosamente con una aparente y extraordinaria facilidad, y que se inspiró en la novela de Evelyn Waugh sobre un mundo en extinción: el de la vieja aristocracia inglesa.

Período de entreguerras

La novela, ambientada en el período de entreguerras, que Waugh dijo haber escrito en un período "de privación y amenazada de desastre" (prefacio a la edición de 1959) fue transferida por John Mortimer con absoluta fidelidad al original.Dos directores le dieron a la producción, además de una dirección interpretativa soberbia, esa exquisita puesta en escena y coherencia visual que han hecho de Retorno a Brideshead una pequeña obra maestra de la televisión que quedará como punto de referencia para otras producciones.

Michael Lindsay-Hogg rodó una pequeña parte del principio (la miniserie se introdujo con un episodio de dos horas, pero abandonó el rodaje por otros compromisos al retrasarse la producción por la huelga de la televisión independiente). Cuando se reanudó el rodaje, Charles Sturridge asumió la dirección del resto (la mayor parte rodada en Inglaterra, Venecia, Malta y la isla de Gozo), no sin tener que prescindir durante un tiempo de Jeremy Irons, que trabajó por esa época para La mujer del teniente francés.

Compartiendo protagonismo con Irons, Anthony Andrews y Diana Quick, figuraron también una serie de actores de prestigio como Laurence Olivier y John Gielgud -Nickolas Grace, Jane Asher, Simon Jones, Claire Bloom y Stéphane Audran tienen también interesantes papeles-, cuya participación nunca fue deudora de su cotización como estrellas en el mercado, sino de lo que el relato de Waugh verdaderamente requería.

En la producción destacaron también los nombres de Ray Goode en la fotografía, Geoffrey Burgon en la partitura (que recuerda algo a la de Calderero, sastre, soldado y espía, de la que también es autor) y Jane Robinson en el vestuario. Este equipo de actores y técnicos ya es un pequeño mito, y desde luego una buena carta de presentación de este drama televisivo que, en la tradición de las mejores adaptaciones literarias inglesas, consiguió seducir a espectadoras de todo el mundo, con toda seguridad ajenos a las sutilezas y exquisiteces de la sociedad rememorada por Waugh con un relato sobre un mundo decadente, perdido ya y envuelto en un indefinible aire de nostalgia.

Retorno a Brideshead se emite por TVE-2 a las 23.30.

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