Los socialdemócratas de la RFA y Lafontaine, camino de la Cancillería
El aplastante triunfo del socialdemócrata Oskar Lafontaine, de 46 años, en las elecciones regionales del pasado domingo en el Estado del Sarre, abre las puertas al Partido Socialdemócrata Alemán (SDP) a la Cancillería de Bonn, con una favorable posición como no han tenido en los últimos años. Ahora ya nadie duda en la República Federal de Alemania (RFA) que Lafontaine será el rival del canciller Kohl en las elecciones generales del próximo mes de diciembre.Si el canciller democristiano Helmut Kohl, en el poder desde hace más de siete años, se debate ahora en muchas dudas ante su futuro electoral, el SPD se sitúa en un momento psicológico clave. La victoria de Lafontaine en el Sarre la consideraban ayer los comentaristas políticos como el hecho más relevante en la República Federal de Alemania desde la caída del muro de Berlín, el pasado 9 de noviembre.
El influyente papel que el canciller Kohl y su ministro de Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, han jugado en los momentos históricos que han vivido los alemanes en los últimos meses de 1989 no han sido suficientes para evitar el fuerte retroceso de sus partidos en las elecciones del domingo en el Sarre.
La CSU (Unión Cristiano Demócrata) de Kohl perdió cerca de cuatro puntos y el FDP (Partido Liberal) de Genscher, 4.4 puntos sobre los resultados de 1985, mientras que el SPD obtuvo el 54.4%, un aumento del 5.2%. La agresiva campaña electoral de Lafontaine, por otro lado, frenó el avance de los verdes y de la extrema derecha y les cerró el paso al Parlamento del Sarre, al no conseguir esas formaciones un 5% de los votos.
Con su campaña pidiendo el cese de los actuales beneficios sociales a los emigrantes germano orientales, advirtiendo de la afrenta que esa política supone para los dos millones de desempleados en la RFA, Lafontaine le ha quitado la bandera demagógica que utilizaba la extrema derecha y su amenaza de ir ganando puntos en su carrera hacia el 5% en el Bundestang (Parlamento).
Golpe a la extrema derecha
Lafontaine pide que acaben los beneficios económicos y sociales ofrecidos por el Gobierno de Kohl a los alemanes orientales que se marchan de su país, un incentivo que puede inundar la RFA de nuevos desempleados. Actualmente llegan cada día al Oeste unos 3.000 alemanes orientales, que se unen a los 700.000 compatriotas y otros inmigrantes de origen alemán procedentes de otros países del Este que llegaron el pasado año.Mirando con frustración y envidia por las generosas prebendas de que gozan los recién llegados -incluidas las prioridades para acceder a viviendas baratas, en un mercado inmobiliario caro y escaso- los republicanos de la extrema derecha comenzaron a ganarse votantes en los pasados comicios regionales, mandando un aviso de preocupación a cualquier futura coalición que pudiera surgir de las elecciones de diciembre.
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