Del estrellato a los tribunales

Si la década de los setenta significó para Bjorn Borg codearse con la gloria por sus hazañas tenísticas, la de los noventa amenaza con convertirle en un hombre atrapado en una maraña de juicios. Su imagen ha vuelto a la primera plana de diarios y revistas, pero no como entonces, exhibiendo sonriente un trofeo, sino sentado en una sala de un tribunal acompañado de su abogado, y mirando con encono a su antiguo amigo y socio, convertido ahora en enemigo y querellante. Tres complicados matrimonios parecen ser la causa principal de su descalabro.

Hace dos días comenzó el primero de los seis juicios que deberá afrontar Bjorn Borg -algunos los ha iniciado él contra terceros-. Se trata de una demanda de su ex socio, consejero y amigo de la infancia, Lars Skarke. Skarke, en su condición de accionista de la firma Bjorn Borg Design Group, que quebró el pasado verano, le reclama la suma de 513 millones de coronas (unos 8.700 millones) por indemnización e incumplimiento de contrato.Con ser éste el juicio en el que está en juego la mayor suma de dinero, no es sin embargo el más espinoso para la persona del ex campeón. Las disputas por dinero se dan en las mejores familias y muchas veces con una ferocidad digna de mejores causas. El juicio más comprometido para la reputación del tenista es el que ha entablado con la revista Z. Ésta publicó hace unos meses una extensa entrevista a Jannike Björling, quien fuera la segunda mujer de Bjorn, casado en primeras nupcias con otra estrella del tenis, la rumana Mariana Simionescu.

Uso de drogas

El matrimonio con Mariana estaba bastante deteriorado cuando Borg conoció en 1984, en un club nocturno de Estocolmo, a Jannike, que entonces contaba 17 años. Jannike, cuyo rostro parece estar proclamando que no nació para monja, participaba esa noche con otras chicas en una competencia sobre quién poseía los senos más hermosos, competencia que no ganó, pero que seguramente fue decisiva para que ganara un premio mayor, la boda con un tenista multimillonario.Del matrimonio, que fue de corta duración, nació un hijo, Robin, cuya tutela es motivo de otro de los juicios que afronta Bjorn. En la mencionada entrevista, Jannike, además de revelar algunas intimidades que no dejan bien parado a su ex marido, afirma que Bjorn Borg la indujo al consumo de cocaína, droga, que, según ella, él ya consumía. El acusado demandó a la revista por difamación y el juicio, que puede resultar penoso para Borg, tendrá lugar en los próximos meses.

Bjorn Borg, que parece haber sido menos hábil en la elección de mujeres que en el manejo de la raqueta de tenis, conoció posteriormente a la cantante italiana de rock Loredana Berté, quien se convirtió en su tercera mujer. Loredana no trajo tranquilidad a la vida del campeón. En febrero del año pasado un sonado incidente saltó a la Prensa cuando Borg fue internado en un hospital de Milán aquejado, según se dijo, de una intoxicación alimenticia complicada por la ingestión de somníferos. Otra versión que circuló entonces profusamente, y que fue repetida por su ex socio esta semana en el tribunal como causa del comienzo del descalabro económico de la empresa, fue la de que el tenista había intentado suicidarse.

Atrapado en las redes de todas estas querellas, Bjorn Borg espera las sentencias mientras quizás piense, si es que le queda tiempo para ello, en la fugacidad de la gloria.